En los primeros 20 minutos del encuentro, los equipos casi no lograron acercarse al área rival, lo que resultó en un escaso número de oportunidades de gol en el estadio Raúl Conti. Apenas se pudieron contar un par de aproximaciones, mientras que Brown comenzó con un enfoque ligeramente más ofensivo. Sin embargo, tras esos momentos iniciales, el «Santo» de San Martín logró equilibrar las acciones, y el partido entró en una etapa en la que ninguna de las dos escuadras conseguía generar un peligro real.
No fue sino hasta el minuto 27 cuando se produjo la primera ocasión destacable, con un remate de Cuevas hacia la portería de Brown. A pesar de la acción, el arquero Giovini, bien posicionado en el centro de su arco, atrapó el balón sin mayores complicaciones. A partir de ese momento, tanto Brown como San Martín comenzaron a mostrar algo más de iniciativa, generando algunas oportunidades cada uno, aunque ninguna suficientemente peligrosa como para poner en aprietos a los guardametas. De este modo, los primeros 45 minutos del encuentro transcurrieron sin grandes emociones ni momentos destacables, con un trámite bastante parejo y sin goles.
El segundo tiempo comenzó con la misma tónica, sin grandes acontecimientos, hasta que al minuto 11 se produjo una jugada clave. Un remate desde fuera del área se desvió entre un defensor de Brown y Arias, delantero de San Martín, quien dejó pasar el balón abriendo las piernas, aunque se encontraba en posición adelantada. A raíz de esto, el árbitro asistente anuló lo que habría sido el primer gol del equipo visitante.
Durante los primeros 15 minutos de esta segunda mitad, San Martín comenzó a tomar más protagonismo en el partido, acercándose con mayor frecuencia al arco de Brown y mostrando un desempeño más acorde con su posición en la tabla de clasificación. A medida que avanzaba el partido, parecía que San Martín estaba más cerca de abrir el marcador.
Finalmente, ya en tiempo de descuento, al minuto 47 y con apenas dos minutos restantes, el equipo visitante consiguió un penal claro por una mano dentro del área, que el árbitro Pafundi no dudó en sancionar. Gonzalo Klusener, quien previamente había jugado para Brown, fue el encargado de ejecutar la pena máxima. Con gran precisión, remató hacia uno de los postes, venciendo al arquero y sellando la ventaja para San Martín. Así, en los últimos instantes, el equipo visitante consiguió la victoria en un partido que hasta ese momento había estado marcado por la paridad y la escasez de situaciones claras.