El senador Juan Manzur hizo su reaparición en Tucumán la noche pasada, luego de un prolongado año de ausencia de la escena pública local. El lugar elegido para su regreso fue la conocida Fiesta de la Empanada, celebrada en la localidad de Famaillá. Durante este evento, Manzur se dejó ver acompañado por José «Mellizo» Orellana, un político que recientemente fue condenado por abuso sexual, y por su esposa, la senadora Sandra «Domacle» Mendoza.
En los últimos meses, la presencia pública de Manzur ha sido prácticamente nula, limitándose a algunas apariciones esporádicas en el Senado. Además, realizó un viaje a los Estados Unidos, del cual también participó Orellana, quien enfrenta una condena por delitos graves. Esta reaparición junto al condenado exintendente ha generado polémica, especialmente tras la reciente ratificación de la sentencia judicial en su contra.
Hace aproximadamente un mes, la justicia reafirmó la condena de Orellana, quien fue acusado de abusar sexualmente de una trabajadora. La decisión fue confirmada por la Cámara Nacional de Casación Criminal, compuesta por los jueces Alberto Huarte Petit, Mario Magariños y Pablo Jantus. Estos magistrados respaldaron la sentencia inicial emitida por el juez Federico Salvá, que determinaba la culpabilidad de Orellana como autor del delito de abuso sexual. La sentencia impuso una pena de tres años de prisión en suspenso y la inhabilitación de por vida para ocupar cargos públicos.
A pesar de la gravedad de la sentencia, que lo inhabilita para ejercer funciones públicas, José Orellana continúa desempeñando su rol como legislador, sin haber renunciado ni sido removido de su puesto hasta el momento. La situación ha generado controversia en el ámbito político, ya que, a pesar de la condena, su cargo no ha sido revocado ni su continuidad en la política puesta en cuestión de manera formal.
El caso de Orellana ha sido un tema de discusión en los medios y en círculos judiciales, no solo por la naturaleza del delito, sino también por la contradicción entre la condena judicial y la continuidad del acusado en el ejercicio de funciones públicas. Además, la cercanía de Manzur con Orellana, visible tanto en eventos públicos como en viajes internacionales, ha añadido más tensión al debate sobre la relación entre los políticos y la justicia.
El contexto en el que ocurre la reaparición de Manzur, además de la compañía controvertida de Orellana, ha despertado interrogantes sobre la postura del senador y el impacto que esto podría tener en su futuro político, dado que su figura ha estado ausente de la agenda pública en los últimos meses, y esta reaparición lo coloca nuevamente en el centro de las críticas.