🔗 Un cuidacoches se ató en el Municipio de Alberdi para exigir que lo dejen volver a trabajar

En la localidad tucumana de Juan Bautista Alberdi, un episodio de fuerte carga simbólica se desarrolló frente a la sede municipal: Juan Villalba, más conocido por el apodo con el que lo identifica todo el pueblo, “Cocazo”, decidió atarse con cadenas al ingreso del edificio comunal como forma de protesta. Con esta acción, buscó visibilizar su pedido para que le permitan continuar realizando la labor que desempeñó durante casi 17 años: el cuidado de motocicletas en las ferias francas de la ciudad. Tal como él mismo sostiene, ese trabajo lo realiza desde hace mucho tiempo y lo hace cobrando únicamente “a voluntad”, dependiendo de lo que cada persona decida aportarle.

Según relató Villalba, a pesar de haber ejercido este oficio durante tanto tiempo y de gozar de la confianza y el aprecio de numerosos vecinos que acuden a las ferias, en los últimos días se le habría prohibido seguir desarrollándolo. Esta situación lo llevó a tomar una decisión drástica, buscando llamar la atención de las autoridades y obtener una respuesta que le permita continuar con su fuente de ingresos.

El reclamo surge en un momento especialmente delicado para el municipio de Alberdi. La ciudad atraviesa un escenario político convulsionado, luego de que en junio el gobernador Osvaldo Jaldo dispusiera la intervención municipal por presuntas conexiones de funcionarios con redes de narcotráfico. Posteriormente, en las elecciones celebradas en octubre, los habitantes de la zona eligieron a un nuevo jefe municipal, Bruno Romano, quien asumió sus funciones hace pocas semanas.

Mientras se espera alguna definición por parte de las nuevas autoridades, “Cocazo” continúa encadenado, firme en su postura, aguardando una resolución que le permita retomar la actividad que ha sido su principal sustento económico y parte central de su vida cotidiana durante casi dos décadas.

Foto: Contexto