El intento de suicidio de una niña de tan solo nueve años, estudiante de la escuela Roca, junto a otros episodios recientes de violencia en el ámbito escolar, provocaron un fuerte impacto tanto en Tucumán como a nivel nacional durante esta semana. Estos hechos volvieron a instalar en la agenda pública la necesidad de replantear cómo se gestionan los conflictos entre los jóvenes y qué herramientas se ponen a disposición para prevenir situaciones extremas. Ante este panorama, educadores y especialistas redoblan esfuerzos para promover en las aulas espacios de diálogo y mediación, incluso en el nivel secundario, donde muchas veces las tensiones se expresan con mayor crudeza.
Natalia Quiroga, referente del programa de mediación escolar, relató que en algunos establecimientos ya se están aplicando experiencias piloto con mediadores estudiantiles. Como ejemplo, recordó lo sucedido en la escuela Perón, donde hace algunos años se registraron incidentes violentos con armas blancas en la puerta del establecimiento. “Allí acudimos para ofrecer la posibilidad de construir un centro de mediación conformado por los propios estudiantes, y se pudo implementar. Se logra. Se puede”, explicó.
Incluso en esa institución se vivió una situación que mostró el verdadero alcance del programa. “La directora me llamó porque dos mediadoras se habían enfrentado entre ellas. Cuando llegué, uno de los mediadores varones me dijo: ‘No se preocupe, yo me ocupé de sentar a las involucradas a hablar’. Ese chico consiguió que las compañeras se escuchen, conversen y puedan resolver el problema. Eso es aprendizaje social”, destacó Quiroga.
Para la especialista, esta metodología implica un profundo cambio cultural en la forma de abordar los conflictos. “Seguimos recurriendo al castigo ejemplar o a la expulsión como modelo. Y lo cierto es que rara vez damos lugar a la palabra, a comprender qué sucedió en realidad”, señaló. Por eso insiste en que la primera tarea de todo mediador es escuchar todas las versiones de los hechos, sin tomar partido: “El verdadero mediador no se va a posicionar en ningún lado: primero va a buscar saber qué es lo que ocurrió”.
En este sentido, Quiroga advierte que la transformación no depende únicamente de los alumnos, sino también de los adultos. “Muchas veces son los propios adultos los que obstaculizan los cambios. Hay familias que se sienten orgullosas de que sus hijos sean mediadores, pero otras creen que la escuela busca sacarse de encima la responsabilidad y dejar que los chicos resuelvan solos los problemas”, comentó.
El desafío también incluye tender puentes hacia los hogares. “Esta mañana escuchaba a un abuelo en el noticiero que invitaba a las familias a hablar con sus hijos, pero él mismo reconocía que hoy trabajamos en tres o cuatro lugares y no tenemos tiempo para compartir. Ese es el problema central y lo urgente”, reflexionó Quiroga, y agregó: “No existen pautas de crianza ajenas a la presencia del adulto. Si no hay un adulto que enseñe lo que está bien y lo que está mal, esa guía se pierde”.
Asimismo, subrayó que la crianza actual enfrenta un escenario muy distinto al de décadas pasadas. “Hoy los chicos crecen rodeados de redes sociales, de mensajes que se viralizan, de retos que arman y replican, cosas que no existían en nuestra infancia. La familia está en jaque porque muchas veces no sabe cómo reaccionar. Por eso, la construcción de comunicación entre la escuela y la familia tiene que fortalecerse. Los adultos no podemos quedar en una posición de no entender lo que sucede. Si somos los que más experiencia tenemos, tenemos que comprender. Y eso solo se logra si hablamos con los chicos, si los escuchamos y si intentamos entender la lógica desde la que ellos deciden sus conductas”, concluyó.
En paralelo a estos debates, el Hospital Avellaneda difundió un parte médico sobre la evolución de la menor. El comunicado señala que “la paciente se encuentra en estado delicado, pero se logró la extubación de forma exitosa y actualmente se encuentra con ventilación no invasiva con buena adaptación, sin sedo analgesia ni inotrópicos. Cumple el quinto día de antibióticos, con parámetros estables. Presenta apertura ocular espontánea y moviliza los cuatro miembros. Está siendo asistida con todos los tratamientos necesarios de alta complejidad; mientras que la familia recibe contención psicológica y social brindada por los especialistas del hospital Nicolás Avellaneda”.
Mientras tanto, el tema también generó reacciones en el ámbito legislativo. El diputado José Cano recordó que tiene presentados varios proyectos vinculados a la prevención de la violencia escolar y a la salud mental de los estudiantes. Uno de ellos es el proyecto “Prevención del bullying escolar” (140-PL-25), que propone declarar mayo como Mes Provincial de Concientización y Prevención del Bullying, además de habilitar la línea gratuita 109 para que padres y alumnos puedan denunciar casos de acoso sin trabas burocráticas. También mencionó la iniciativa “Observatorio Provincial para la Prevención del Suicidio” (298-PL-25), destinada a generar datos y estrategias de prevención. Finalmente, destacó el proyecto de “Ampliación del seguro escolar gratuito” (171-PL-25), que busca incorporar prestaciones psicológicas y extender la cobertura a los establecimientos privados.
De este modo, los hechos recientes no solo encendieron las alarmas en la provincia, sino que también abrieron un debate más amplio sobre el rol de la escuela, la familia y el Estado en la construcción de un entorno seguro y contenedor para los niños y adolescentes.
