Alan Martín Fernández, quien se había puesto a disposición de la justicia tras un pedido de captura desde Buenos Aires, fue detenido en Tucumán, acusado de participar en un robo violento ocurrido el 3 de diciembre de 2023. En una audiencia reciente, el auxiliar de fiscal Augusto Moeykens, representando a la Unidad Especializada de Robos y Hurtos II del Ministerio Público Fiscal, lo imputó por un robo doblemente agravado: se cometió con arma de fuego, en un lugar despoblado y por un grupo de personas. Por este mismo crimen, Alan Rodrigo Nahuel Díaz ya había sido condenado a más de seis años de prisión.
El fiscal solicitó la prisión preventiva por 90 días, argumentando riesgos procesales como el débil arraigo de Fernández (lo que aumenta la posibilidad de fuga), el alto monto de dinero que debe ser resarcido (más de 20 millones de pesos), y la existencia de cómplices no identificados, lo que podría dificultar la investigación. Según el representante del MPF, el robo fue cuidadosamente planificado y ejecutado con violencia, con el objetivo de robar una gran suma de dinero que transportaba el camión. Fernández y Díaz actuaron en conjunto con otras personas, cuyo rol fue determinado para asegurar el éxito del robo. Se afirmó que Fernández viajaba en un Toyota Corolla y organizó el ataque, aportando la ubicación del camión a través de su teléfono, que fue secuestrado durante la investigación. Además, en un mensaje a un contacto denominado “Mi Amor”, Fernández admitió su participación en el robo y en la fuga.
El fiscal describió la banda como organizada, conformada por más de seis personas que utilizaban vehículos de alta gama para cometer estos delitos. Fernández ya tenía antecedentes penales, habiendo sido condenado en 2022 por robo agravado con arma de fuego. Además, se le investiga en Buenos Aires por su vinculación en el caso de Morena Rial, relacionado con robos agravados. La jueza, en respuesta a la solicitud de la fiscalía, determinó que la prisión preventiva se extendería por 60 días.
Entre las pruebas presentadas se encuentran mensajes del teléfono de Fernández en los que se alude a la planificación del robo, tales como “Hay un laburo bien groso” y “Robando, haciendo todo lo posible para darte algo”. A pesar de las evidencias, Fernández intentó defenderse alegando que cualquier persona podría haber activado un chip a su nombre.
En cuanto al robo en sí, la víctima del asalto, un chofer de camión, relató cómo fue atacado por los delincuentes el 3 de diciembre. Durante su trayecto por la ruta 303, las ruedas delanteras de su camión fueron pinchadas por un obstáculo en el camino, lo que lo obligó a reducir la velocidad. Fue entonces cuando un Toyota Corolla lo alcanzó, y de allí descendieron cuatro hombres armados que le dispararon y lo amenazaron. El chofer intentó huir, pero el vehículo de los atacantes lo acorraló y, más tarde, fue interceptado por un Peugeot con individuos vestidos con chalecos de policía. Estos asaltantes lo golpearon y robaron una gran suma de dinero que llevaba en el camión, antes de huir por la misma ruta.
