Por primera vez en la historia del fútbol se mostró una tarjeta blanca en un partido profesional. Sucedió en Portugal, en el marco del partido entre Benfica y Sporting Lisboa, por la Copa Portuguesa femenina. Sin embargo, esta cartulina no es un castigo, sino todo lo contrario.
La tarjeta blanca busca «mejorar el valor ético en el deporte» y supone un giro a las tarjetas vigentes desde el Mundial de 1970, amarillas y rojas, que tienen carácter de castigo.
El nombre de la árbitra que entró en la histórica decisión es Catarina Branco. Y los receptores fueron los cuerpos médicos de ambos equipos, que acudieron en conjunto a atender a una persona que se había desvanecido en uno de los banquillos. Y hacia ellos fue la tarjeta blanca, pensada en el país luso como una de nueva iniciativa para dar un mensaje positivo y reconocer el ‘fair play’ en el fútbol, gesto que provocó una ovación entre los espectadores y una sonrisa nerviosa de los profesionales de la salud.
