La situación del sector comercial en Tucumán atraviesa uno de sus momentos más delicados de los últimos tiempos, y la preocupación entre los empresarios va en aumento. De acuerdo a lo expresado por Gabriela Coronel, actual presidenta de la Cámara de Comercio de San Miguel de Tucumán, distintos rubros ya están comenzando a delinear esquemas de despidos planificados para las próximas semanas, en un intento desesperado por hacer frente a una estructura de costos que se ha tornado insostenible.
“Nos encontramos ante una instancia donde hablar de cesantías ya no es un tema hipotético, sino una realidad palpable. Las empresas no pueden continuar funcionando bajo estas condiciones económicas tan exigentes”, lamentó Coronel, quien detalló que los incrementos en la presión impositiva, sumados a una caída prolongada en los niveles de ventas, están dejando sin margen de maniobra a muchos comercios, en especial a los pertenecientes a los rubros textil y de calzado, los más golpeados por esta coyuntura.
En ese sentido, Coronel hizo un llamado urgente a las autoridades provinciales para que intervengan con medidas concretas que permitan descomprimir la situación. Entre las principales propuestas, destacó la reducción del impuesto a los Ingresos Brutos, la eliminación del tributo destinado a Salud Pública y la necesidad de contar con un sistema automático de devolución de saldos a favor, que actualmente se acumulan sin ser reintegrados a los contribuyentes.
Las estimaciones que maneja la Cámara resultan inquietantes. Solo durante julio, se prevé que entre 72 y 75 personas perderán su fuente laboral. Sin embargo, los escenarios proyectados para los meses siguientes son aún más desalentadores: se especula que la cifra total de despidos podría escalar más allá de los 2.000 trabajadores si no se revierte el contexto actual.
«Estamos ante una situación límite. En una primera etapa, podríamos ver recortes de personal que alcancen al 20% de las plantillas, pero si las condiciones se mantienen o se agravan, esos porcentajes podrían duplicarse e incluso llegar a un 60% de bajas en algunas empresas», alertó Coronel. Además, reconoció que se trata de una medida que los empresarios adoptan con profundo pesar, ya que el personal es considerado un capital humano valioso, pero las restricciones financieras no dejan otra salida.
A la difícil coyuntura se suma un problema estructural: la competencia desleal. Según Coronel, la expansión de la venta informal y la proliferación de plataformas de e-commerce extranjeras, en especial las asiáticas, están afectando de manera directa la rentabilidad de los comercios tradicionales. Estos canales ofrecen productos a precios significativamente más bajos, con los que los comercios locales no pueden competir, lo que genera un círculo vicioso de pérdida de clientela, menores ingresos y, finalmente, recortes de personal.
Frente a este panorama, la Cámara de Comercio ya solicitó formalmente una reunión urgente con el ministro de Economía de Tucumán, Daniel Abad, con el objetivo de plantear de manera directa las preocupaciones del sector y demandar medidas urgentes que permitan aliviar la carga tributaria y mejorar la competitividad del comercio formal.
Para Coronel, incluso si se produjera una recuperación en las ventas, el esquema impositivo vigente seguiría siendo un gran obstáculo: “El problema es estructural. Por más que los niveles de consumo se eleven, la carga tributaria es tan pesada que no permite pensar en nuevas contrataciones ni en un crecimiento sostenido”, concluyó con firmeza.