De»decisión acertada» a «derrota del Gobierno», diversas reacciones políticas surgieron tras el anuncio de Luis Caputo sobre la ley ómnibus

El inesperado anuncio de Luis Caputo, que indicó la retirada del capítulo fiscal de la Ley Ómnibus para «acelerar los tiempos», desencadenó una serie de reacciones en las redes sociales, especialmente desde la oposición.

Leandro Santoro, Malena Galmarini, Germán Martínez y Nicolás del Caño fueron algunos de los opositores que expresaron su desacuerdo con los cambios introducidos en el proyecto de ley Bases. Desde la oposición dialoguista, Rodrigo de Loredo, presidente del bloque UCR en Diputados, calificó la decisión del ministro de Economía como «acertada». También Ignacio Torres, gobernador de Chubut, celebró las modificaciones y se mostró dispuesto a un diálogo franco con el Gobierno.

Rodrigo de Loredo resaltó: «Es una decisión acertada la de Luis Caputo. Separar el tema que requiere una instancia más de discusión. Todos coincidimos con la necesidad de equilibrio fiscal, pero los medios para alcanzarlos tienen que ser equitativos y razonables».

Desde Unión por la Patria y la izquierda, Germán Martínez consideró la retirada del capítulo fiscal como una «derrota del Gobierno y triunfo de los que hicimos oposición frontal». Leandro Santoro expresó su opinión, sosteniendo que el oficialismo «retira la parte fiscal porque no querían negociar con sus aliados un proyecto de equilibrio» y advirtió sobre posibles objetivos futuros del Gobierno, como «facultades delegadas, flexibilidad para tomar deuda y privatizaciones».

La extitular de AySA, Malena Galmarini, cuestionó la relevancia del capítulo retirado, sugiriendo que «si este era el capítulo más importante, ¿qué queda?». Myriam Bregman, diputada del Frente de Izquierda, señaló que «quedan las facultades delegadas» y alertó sobre el conjunto de medidas, incluida la reforma penal de Patricia Bullrich. Nicolás del Caño celebró la retirada del capítulo fiscal y abogó por la lucha contra la Ley Ómnibus en su totalidad, denunciando un plan «contra el pueblo trabajador».

En resumen, las reacciones abarcaron desde el apoyo considerando la decisión como acertada hasta críticas acusando al Gobierno de una derrota, con énfasis en posibles objetivos y la necesidad de resistencia en las calles.