A comienzos de este año, Yasmín Sánchez y su pareja Nico decidieron materializar un sueño largamente anhelado: crear su propio emprendimiento gastronómico. Sin embargo, lo que inicialmente comenzó con gran ilusión pronto se vio interrumpido por un obstáculo inesperado. A pesar de ello, un gesto conmovedor cambió el rumbo de la situación y les permitió seguir adelante.
Yasmín recuerda con emoción cómo el deseo de abrir una casa de comidas estuvo presente desde su infancia. «La mamá de Nico y la mía son cocineras, así que esto viene desde que somos muy chiquitos. Nuestro sueño siempre fue abrir una casa de comidas, algo que nuestras mamás nunca pudieron hacer», explicó en diálogo con La Gaceta.
El gran paso hacia la realización de su sueño llegó en enero de este año, cuando finalmente decidieron inaugurar su local en San Miguel de Tucumán. Con entusiasmo, invirtieron en los materiales necesarios para ofrecer sándwiches de miga. Compraron, a través de Mercado Libre, unos tappers especiales para exhibir los productos.
Sin embargo, el entusiasmo se desvaneció rápidamente cuando, tras retirar los tappers y dejar la mercadería en su auto para empezar a vender al día siguiente, descubrieron que habían sido víctimas de un robo. «Nos sacaron todo: los tappers, la materia prima… todo lo que necesitábamos para comenzar», recordó Yasmín con tristeza.
Ante esa difícil situación, la pareja enfrentaba dos alternativas: abandonar el proyecto o seguir adelante con lo poco que les quedaba. Optaron por no rendirse, pero el camino por delante era complicado. «Yo había hecho promociones y publicado en las redes, así que mucha gente nos compró a pesar de no tener los tappers ni los productos listos», relató Yasmín.
Todo cambió cuando Yasmín decidió compartir su historia en Instagram. Lo que no esperaba era el giro que daría la situación gracias a su hermana Estefanía. Al día siguiente, su hermana, que es maestra, llegó al local con una propuesta que los sorprendió. «Mi hermana vino al local y me dijo: ‘¿Por qué no te comprás una heladera exhibidora?’ Le respondí que me encantaría, pero no estaba en nuestras posibilidades», contó Yasmín. Sin embargo, al día siguiente, en la casa de su madre en Famaillá, recibió una sorpresa inesperada: un papel que anunciaba que les habían regalado una heladera exhibidora. «No lo podía creer», expresó emocionada.
Este regalo no solo les permitió continuar con el emprendimiento, sino que también fue un gesto que tocó profundamente a la pareja. «Hoy en día, hacerse de una heladera exhibidora es un lujo. Publicamos lo que nos pasó y mucha gente se emocionó con nuestra historia. Fue súper emotivo recibir ese apoyo», compartió Yasmín.
Este acto de generosidad, especialmente en tiempos difíciles, dejó una huella en Yasmín, quien ahora transmite un mensaje esperanzador a quienes enfrentan desafíos similares: «Aunque a veces no tenemos todo lo necesario para empezar algo que deseamos, es importante arriesgarse. Siempre aparece alguien que te da una mano. Eso fue lo que nos pasó a nosotros».
Con la cercanía de las festividades, Yasmín y Nico esperan con ilusión el futuro de su emprendimiento. Mañana será un día especial para ellos, ya que finalmente podrán retirar la heladera exhibidora, lo que representa un nuevo avance en su negocio. Además, ya tienen varios encargos de sándwiches de miga para el Día de la Madre, lo que les brinda motivos para sentirse optimistas.
Finalmente, Yasmín concluye con palabras alentadoras para quienes desean emprender un proyecto similar: «No tengan miedo, es un día a día, pero si las ganas están y sos perseverante, te va a ir bien».