Miguel García, un taxista de 51 años, comenzó su jornada laboral como cualquier otro día en el barrio San Cayetano. Aunque muchos celebraban el carnaval, Miguel tenía que trabajar para enfrentar los gastos de la semana. «¿Qué carnaval? Esta semana hay que pagar impuestos, comienzan las clases, me llegó la tarjeta… No queda otra que trabajar», decía él, como muchos de los taxistas tucumanos durante el fin de semana largo.
El lunes a las 23, mientras los tucumanos disfrutaban del carnaval, Miguel se dirigió a cargar gas en la Refinor de El Bajo. Cuando terminó, comenzó a manejar con el aire acondicionado encendido, pero de repente, algo inesperado ocurrió: «Estaba en la Refinor de El Bajo cargando el gas. Cuando salí, venía con el aire acondicionado prendido en el auto. En ese momento, de repente, salió una llama de fuego por debajo del volante del auto», relató este miércoles, rodeado de su familia mientras recibía tratamiento ambulatorio por sus quemaduras.
Aunque el incidente duró solo unos segundos, Miguel lo recuerda con claridad, como si hubieran sido mucho más largos: «Sentí todo el calor en la cara, sentí cómo me quemaba la piel, y lo único que atiné es a hacer lo que hice: abrí la puerta y me tiré. El auto siguió andando y yo estaba tirado en la calle, con el fuego en la cara. Iba de Oeste a Este manejando y el auto siguió andando hasta que chocó contra una pared del lado derecho de Mostaza, el que está ubicado frente al Parque 9 de Julio, sobre Benjamín Aráoz».
Las imágenes compartidas por su familia reflejan la gravedad de la situación: Miguel, con ambos brazos vendados y la cara quemada con heridas de tipo AB, que son «quemaduras intermedio-superficiales, con lesiones que presentan ampollas gruesas de líquido turbio, de base color rojo, dolorosas y que cicatrizan entre 15 y 21 días». La ambulancia, que llegó tarde, le brindó atención inicial y luego lo envió a su casa con instrucciones para comprar cremas. «Me curaron las manos y me dijeron que me viniera a la casa, que compre cremas. Se me estaban pegando los dedos», recordó Miguel.
El apoyo de la comunidad de taxistas de Tucumán no se hizo esperar, y rápidamente se difundió un alias para ayudar a Miguel, quien, debido a su estado, no podrá llevar dinero a su hogar mientras se recupera. Sin embargo, la familia de Miguel enfrenta otro problema: el automóvil en el que ocurrió el accidente. «El dueño del auto nunca apareció. El auto quedó ahí tirado en El Bajo mientras le hacía el peritaje. No sabemos mucho más. Nunca ha aparecido el dueño. Nunca se ha acercado a Miguel», explicó la familia.
Cuando intentaron contactar al dueño del vehículo, este solo les informó que hablaría con la aseguradora, pero que no cubrirían los gastos de Miguel. Ante esta situación, la familia de Miguel dejó dos números de contacto y un alias para quienes deseen colaborar: «virginia45» (con el punto al final), y los teléfonos 3814668812 y 3813941733. «Desde ya, muchísimas gracias a todos los que nos acompañan en este difícil momento», concluyeron.