Durante los últimos días, la aparición de un avión aparentemente abandonado en la zona de El Manantial, en Tucumán, generó un fuerte revuelo en las redes sociales. La imagen de un Boeing 737, visiblemente desgastado y sin signos de actividad, atrajo la atención de cientos de usuarios en plataformas como TikTok, Instagram y X (la red social antes conocida como Twitter), quienes comenzaron a compartir videos y fotos con teorías de todo tipo. El aparato, que se encuentra estacionado en un terreno ubicado detrás de una reconocida estación de servicio, muestra a la vista su estructura principal, alas y partes de sus motores, lo que alimentó la curiosidad popular. Entre las preguntas más repetidas estaban si el avión había sufrido un accidente o si formaba parte de alguna instalación artística o conmemorativa.
Sin embargo, la verdadera historia detrás de esta aeronave es mucho menos dramática que lo imaginado, aunque no por eso menos llamativa. El avión fue transportado desde el aeropuerto internacional de Ezeiza hasta territorio tucumano en tres grandes camiones, con el propósito de ser transformado en un salón para la realización de eventos sociales. Así lo confirmó Adrián, el encargado de la vigilancia del predio donde se encuentra la estructura, quien relató que la afluencia de curiosos no ha parado: más de 200 personas por día se acercan al lugar, muchas con la intención de tomarse fotografías o incluso de trepar hasta la cabina de la nave.
De acuerdo con la información recabada, el avión en cuestión perteneció a la desaparecida aerolínea Southern Winds, una compañía que tuvo actividad hasta mediados de los 2000. Posteriormente, la aeronave fue utilizada por la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) entre 1978 y 2005. La historia de Southern Winds terminó en medio de controversias y escándalos, entre los que se destaca un grave incidente en el que una de sus puertas se abrió en pleno vuelo, y otro aún más grave, cuando se descubrió un cargamento de estupefacientes en un avión de la empresa que tenía como destino final España.
Respecto al futuro del avión, sus actuales responsables tienen planes concretos: están trabajando para restaurarlo parcialmente, dotándolo de sistemas eléctricos, iluminación y otras mejoras básicas que permitan su uso como un espacio destinado a celebraciones privadas. A pesar del evidente deterioro de su estructura, la intención es devolverle funcionalidad y convertirlo en una atracción singular para fiestas y encuentros.
Dado el inusitado interés del público y los riesgos que implica el contacto físico con una estructura metálica oxidada, con cables expuestos y elementos inestables, desde el pasado fin de semana se colocaron vallas de seguridad en el perímetro del terreno. Esto se debe a que varias personas habían comenzado a trepar sin permiso sobre el fuselaje, exponiéndose a posibles accidentes.
Aunque ya se esclareció el motivo por el cual el avión se encuentra allí y cuál es su destino proyectado, el fenómeno no parece perder fuerza. Día tras día, decenas de tucumanos siguen llegando al lugar con sus celulares y cámaras, atraídos por la peculiar escena. Resta ver si el plan de convertirlo en un salón de eventos se concreta o si, como en el resto de su historia, el avión termina tomando un rumbo inesperado.