El estado de salud del Papa Francisco continúa siendo «estable», según informó la oficina de prensa del Vaticano, aunque los médicos han observado una «leve mejoría» en su condición. El Sumo Pontífice, de 88 años, se encuentra hospitalizado desde el 14 de febrero en el Hospital Gemelli de Roma debido a una neumonía bilateral, y ha respondido favorablemente al tratamiento. Sin embargo, su ausencia por cuarta vez consecutiva del rezo del Ángelus ha generado preocupación entre los fieles y reavivado preguntas sobre su capacidad para ejercer plenamente sus funciones, especialmente en un momento crucial como el Jubileo, cuando miles de peregrinos visitan Roma.
En un comunicado publicado por el Vaticano con motivo del Ángelus de este domingo, Francisco expresó su gratitud hacia quienes lo han acompañado con sus oraciones: «Quiero agradecer a todos los que me muestran su cercanía en la oración: ¡gracias de corazón! Rezo también por ustedes». Además, el Papa reiteró su llamado a la paz en varios conflictos globales, mencionando específicamente a Ucrania, Palestina, Israel, el Líbano, Myanmar, Sudán y la República Democrática del Congo. «Juntos seguimos invocando el don de la paz, particularmente en la atormentada Ucrania, en Palestina, en Israel, en el Líbano y Myanmar, en Sudán y en la República Democrática del Congo», dijo.
El Papa también reflexionó sobre la importancia del voluntariado en las sociedades modernas, destacando su papel como «una profecía y un signo de esperanza» en un mundo dominado por la lógica del mercado. Estas palabras fueron compartidas durante la santa misa celebrada en la plaza San Pedro, a la que Francisco se unió espiritualmente desde el hospital. Además, el Pontífice se sumó a los Ejercicios Espirituales de la Curia Romana, que se llevarán a cabo en los próximos días, y concluyó su mensaje con una reflexión sobre la necesidad del «milagro de la ternura», que, según él, acompaña a quienes enfrentan pruebas y lleva «un poco de luz en la noche del dolor».
Evolución de la salud del Papa
Respecto a su estado de salud, el Vaticano ha señalado que la evolución del Papa es «gradual y leve», aunque los médicos que lo atienden mantienen un pronóstico «reservado». Francisco fue hospitalizado el 14 de febrero por una bronquitis que derivó en neumonía bilateral. Durante su internación, ha experimentado episodios de insuficiencia respiratoria aguda, lo que ha requerido la administración de oxígeno por las noches y el uso de cánulas nasales de alto flujo durante el día.
Esta es la internación más prolongada del Papa desde que asumió el pontificado en 2013, y su ausencia pública ha generado especulaciones sobre su capacidad para continuar ejerciendo sus funciones. Sin embargo, hasta el momento se ha descartado la posibilidad de una renuncia. Aunque Francisco no ha aparecido en público desde su hospitalización, ha mantenido contacto con los fieles a través de mensajes, incluyendo un audio difundido en los últimos días.
La situación del Papa sigue siendo monitoreada de cerca, tanto por los médicos como por la comunidad católica global, que espera su pronta recuperación. Mientras tanto, Francisco continúa guiando espiritualmente a la Iglesia desde su lecho de hospital, demostrando una vez más su compromiso con la fe y su vocación de servicio.
