El parque 9 de Julio, amaneció inundado de basura

Tras los festejos del Día del Niño en el parque 9 de Julio, el resultado fue una visión desalentadora: el lugar quedó cubierto con enormes montones de desechos, entre los que se encontraban pañales usados, vasos de plástico y botellas. Francisco de Rosa y Lorena Franco, presidente e integrante de Meta Tucumán, respectivamente, expresaron su profunda indignación frente a esta situación y destacaron ante el diario La Gaceta la necesidad urgente de un cambio cultural en la provincia.

Ambos líderes de Meta Tucumán señalaron que el problema no se debe a una carencia de infraestructura o contenedores, sino a una deficiencia en la educación y conciencia cívica. «Es un problema cultural muy serio en Tucumán, y somos nosotros, los habitantes, quienes debemos cambiar urgentemente nuestros hábitos,» expresaron con firmeza. Según la visión de Meta Tucumán, los residuos que invadieron el parque son un reflejo directo de la falta de educación de los asistentes. «Las personas que vinieron a celebrar son las mismas que generaron esta inmundicia,» añadieron, criticando así la actitud de quienes asistieron al evento.

Francisco de Rosa argumentó que el verdadero problema radica en la ausencia de sanciones efectivas. Comentó que «el ambiente condiciona. Si está sucio, la gente tiende a ensuciar más. Es un sistema en el que el Estado debe estar presente con educación, control y sanciones. En Tucumán, no se sanciona. Hay impunidad, y cuando la hay, la gente hace lo que quiere.» Según él, la falta de medidas correctivas y la impunidad existente fomentan una conducta irresponsable entre los ciudadanos.

Desde hace tres años, Meta Tucumán ha estado trabajando para aumentar la conciencia ambiental y mejorar la situación en la provincia. Sin embargo, a pesar de ciertos avances, los eventos masivos como los festejos del Día del Niño frecuentemente terminan con el parque transformado en un basurero. De Rosa subrayó que «necesitamos un shock cultural, un plan de transformación que aborde estos problemas. De lo contrario, seguirán ocurriendo.» Esta declaración resalta la urgencia de implementar estrategias más efectivas para enfrentar el problema.

Lorena Franco, por su parte, también destacó que la acumulación de basura no solo tiene repercusiones medioambientales, sino que también afecta la salud pública. «Esto genera problemas de salud pública que podrían evitarse si cada persona que asistiera trajera una bolsa y se llevara su basura. Es un problema grave que afecta nuestra calidad de vida y nuestra expectativa de vida,» comentó, enfatizando las serias consecuencias para la salud derivadas de la falta de responsabilidad.

En cuanto a las posibles soluciones, ambos coincidieron en que las medidas aisladas, como la colocación de más contenedores, no son suficientes. «No creo que improvisando se pueda solucionar el problema. Necesitamos un plan integral que incluya educación, control y sanción. Somos 1.800.000 salvajes que tiramos basura por todos lados, contaminamos los ríos y quemamos caña. Si no nos damos cuenta de la gravedad del problema, seguiremos viviendo mal,» advirtieron. Esta perspectiva destaca la necesidad de una estrategia más completa y estructurada para abordar la situación de manera efectiva.

Sobre las sanciones para quienes dejaron basura en el parque, de Rosa propuso varias alternativas, que van desde multas económicas hasta trabajos comunitarios, como la limpieza del parque o la colaboración con organizaciones ambientales. «Debe haber una consecuencia, porque si no, estos comportamientos seguirán repitiéndose,» subrayó, enfatizando la necesidad de establecer medidas punitivas para prevenir la recurrencia de estos comportamientos.

Finalmente, los miembros de Meta Tucumán hicieron hincapié en la importancia de cambiar la actitud tanto de la población como de las autoridades. A pesar de reconocer algunos avances en las políticas públicas, como la reducción de pintadas políticas y un mayor diálogo sobre el problema de la basura, admitieron que la transformación cultural requiere tiempo. «Lo cultural tarda 20 o 30 años en cambiar, pero al menos ya estamos discutiendo el problema. Es un primer paso,» concluyeron. Aunque el desafío sigue siendo grande, desde Meta Tucumán aseguran que continuarán trabajando en su empeño por una provincia más limpia y consciente.