Uno de los momentos más tristes en el fútbol argentino durante el fin de semana se produjo durante el partido entre Godoy Cruz y Belgrano de Córdoba en Mendoza. Durante el encuentro, algunos hinchas locales se enfrentaron con la Policía, lo que llevó a la suspensión del juego. La utilización de gases lacrimógenos por parte de las fuerzas de seguridad afectó a muchos espectadores presentes en las tribunas, incluyendo a niños y bebés que se encontraban con sus padres.
Estos eventos ocurrieron cerca del final del primer tiempo. Según los relatos de los periodistas que transmitían el partido en vivo, un grupo de seguidores del equipo local intentó ingresar al estadio sin pasar por las tribunas habilitadas. En ese momento, la Policía intervino y se desató un enfrentamiento que resultó en el uso de gases lacrimógenos para dispersar a la multitud.
Los gases llegaron a las tribunas y al campo de juego, lo que obligó al árbitro Leandro Rey Hilfer a detener el partido mientras numerosos aficionados intentaban moverse desde la zona popular hacia la platea. Durante este episodio, se observaron escenas emotivas y desgarradoras, con niños llorando y padres y madres tratando de consolar a sus pequeños con pañuelos.
Incluso, en un intento por alejarse de la zona de disturbios, una familia pasó a su bebé a través de alambres de púas para asegurarse de que estuviera más seguro del lado de la platea.
Después de algunos minutos, las autoridades lograron controlar la situación y el partido pudo reanudarse. Sin embargo, el empate 0-0 en el marcador se convirtió en una mera anécdota después del caos y las imágenes lamentables presenciadas durante el encuentro.
