La comunidad educativa y la familia de Tucumán atraviesan momentos de profunda angustia luego del intento de suicidio de una niña de nueve años, quien permanece internada en estado crítico. Antes de intentar quitarse la vida, supuestamente debido a situaciones de acoso escolar, la menor dejó una nota a sus padres con un mensaje claro y conmovedor: “Mamá, papá, yo no miento”. Esta frase refleja el dolor y la frustración que siente la familia frente a un contexto marcado por el hostigamiento, las burlas y un juego humillante que obligaba a los niños a cumplir “prendas” degradantes cuando perdían, provocando acusaciones falsas y el aislamiento de la niña.
En las afueras del hospital, los abuelos de la menor compartieron su desesperación. Gustavo, el abuelo, relató que la familia había detectado señales de alerta que no fueron atendidas: “Hubo pedidos de ayuda a la escuela. Mi hija no sabía qué hacer. Llegamos a pensar que nuestra nieta exageraba, pero ahora sabemos que no. Ella dejó esa nota: ‘Yo no miento’”. Por su parte, la abuela, visiblemente conmovida, hizo un llamado a la conciencia social: “No queremos poner a mi nieta en boca de todos, queremos que la gente se concientice de que el bullying existe. Los chicos y los grandes tienen que entender que las palabras pesan, que destruyen”.
La familia también denunció que algunas madres de otros alumnos habrían ejercido presión sobre la niña mediante mensajes de audio, agravando el hostigamiento y aumentando su sufrimiento.
Desde el ámbito oficial, la ministra de Educación, Susana Montaldo, afirmó que “no hubo bullying” en la institución y atribuyó el hecho a “fallas en la familia”, declaraciones que generaron indignación entre los allegados de la menor, quienes exigieron una investigación exhaustiva y pidieron que no se tergiverse lo sucedido. El abuelo criticó la postura oficial: “La ministra tiene que dejar de pensar en las elecciones. El gobernador Jaldo debería demostrar que le importa la educación. No se trata de votos, se trata de nuestros hijos”.
Este caso pone de manifiesto la urgencia de contar con protocolos claros contra el bullying y de equipos especializados en las escuelas. Los abuelos subrayaron que el hostigamiento no solo afectó a la niña hospitalizada, sino también a su hermana de cinco años, quien presenció los hechos y ahora teme asistir a clases. Además, alertaron sobre la influencia negativa de ciertos juegos en línea que fomentan dinámicas humillantes entre los niños: “Hay juegos que obligan a los perdedores a inventar acusaciones o cumplir retos humillantes. Eso no es un juego, es violencia”.
Mientras tanto, la niña continúa en terapia intensiva, y sus seres queridos ruegan por su recuperación. La familia hace un llamado a la sociedad para que el caso sirva de aprendizaje: “Con la mano en el corazón, les pido a todos los padres que cuiden a sus hijos. Que hablen con ellos, que presten atención. No podemos permitir que otra criatura pase por lo mismo que mi nieta”, expresó la abuela.
