Una joven identificada como Martina realizó una grave denuncia pública a través de Facebook contra el sacerdote Eduardo Roque López, actualmente asignado a la Parroquia Nuestra Señora del Carmen en Tafí del Valle. Según su testimonio, el religioso habría mantenido una relación sentimental con su madre y, durante ese período, la habría abusado sexualmente.
Martina aseguró que los hechos ocurrieron cuando López ejercía en la Parroquia San Ramón Nonato. En su publicación, acusó directamente a la Arquidiócesis de Tucumán y al arzobispo Carlos Sánchez de no actuar a pesar de sus denuncias previas: «Me soltaron la mano», escribió, exigiendo la destitución inmediata del sacerdote.
Respuesta institucional
Frente a estas acusaciones, la Arquidiócesis de Tucumán emitió un comunicado firmado por Sánchez, anunciando tres medidas clave:
- Presentación formal de la denuncia ante la Justicia penal.
- Suspensión preventiva del sacerdote durante la investigación.
- Apertura de un proceso canónico según normativas eclesiásticas.
El texto enfatizó el compromiso con la «protección de menores y adultos vulnerables», bajo principios de «tolerancia cero, transparencia y centralidad en las víctimas».
Detalles de la acusación
En su relato, Martina describió que López utilizó «métodos de extorsión y manipulación» para silenciarla, y denunció encubrimiento por parte de autoridades eclesiásticas: «El arzobispo Sánchez es cómplice al proteger a un abusador denunciado penalmente». Su publicación concluyó con un llamado a la difusión: «Ayuden para que no haya otra Martina».
La Iglesia local, al separar a López de sus funciones, sigue el protocolo aplicado en casos similares, aunque la denunciante insiste en que la respuesta llegó tardíamente. El caso queda ahora en manos de la Justicia civil y eclesiástica.
