El impacto de las medidas de ajuste implementadas por Javier Milei se refleja en la vida cotidiana de los jubilados, personas de carne y hueso que enfrentan dificultades cada vez mayores para satisfacer sus necesidades básicas. Un claro ejemplo es el caso de una jubilada que fue entrevistada recientemente en televisión, compartiendo cómo el incremento en el costo de los medicamentos esenciales para su hijo le ha impedido no solo comprar los suyos propios, sino también recargar su tarjeta SUBE. Su testimonio resultó tan desgarrador que las conductoras del programa, Nancy Pazos y Georgina Barbarossa, no pudieron contener su emoción.
La señora relató durante la entrevista en Telefé, con la periodista Anita Rodríguez Correa, su difícil situación. «Pienso que es una cosa inhumana. Yo compré un remedio hace 30 días y me cobraron 5.000 pesos, y fui ayer y me cobraron 20.000 pesos la misma cajita de 30 comprimidos», expresó, visiblemente afectada por la realidad que enfrenta. Este testimonio ocurrió en el contexto de la posible anulación por parte de Milei de la nueva ley de Movilidad Jubilatoria, que fue sancionada recientemente en el Congreso.
Continuando con su relato, la jubilada explicó cómo la falta de dinero la dejó sin posibilidad de cargar su tarjeta SUBE, situación que fue resuelta momentáneamente gracias a la amabilidad de un chofer de colectivo. «Me quedé sin dinero y no pude cargar la SUBE. El colectivero me dejó pasar gratis. Tuvo un gesto de humanidad que no tuvo el Presidente», dijo con un tono que revelaba tanto gratitud como frustración. Las palabras de la mujer impactaron profundamente a las conductoras del programa, quienes se mostraron visiblemente conmovidas. En el caso de Georgina Barbarossa, la emoción fue tal que tuvo que secarse las lágrimas con un pañuelo.
La entrevista se realizó en un móvil que se trasladó a la Plaza Houssay en la Ciudad de Buenos Aires, donde la mujer manifestó su desesperación ante la imposibilidad de acceder a los medicamentos en la farmacia. «No vamos a poder retirar los medicamentos de la farmacia. Suerte que este buen hombre (por el colectivero) me dejó pasar. El señor Presidente no tiene humanidad. No le importa nada de la gente ni de los pobres viejos como nosotros, que estamos a los saltos con el dinero», afirmó con un tono de indignación.
Además, la jubilada reveló que los medicamentos que pudo comprar eran para su hijo discapacitado, mientras que los suyos propios quedaron fuera de su alcance económico. «Mis medicamentos no los voy a poder comprar, porque son unos cuantos de todo lo que tengo: osteoporosis, mala digestión…», concluyó, dejando en evidencia la magnitud de las dificultades que enfrenta en su vida diaria debido a las políticas actuales.
Este testimonio resalta las consecuencias que tienen las decisiones económicas en la vida de los jubilados, quienes, en muchos casos, ven comprometida su calidad de vida y su acceso a bienes esenciales, como los medicamentos.