“Esto les pasa a todos aquellos que se andan haciendo los gallitos en la calle. No puede ser que cualquier gil tenga un arma y ponga en riesgo a todo un barrio. Esta persona hizo cuatro tiros y apenas si le pegó uno”, se quejó Luisa de García, vecina del barrio del sur de la ciudad donde se registró el insólito y violento episodio.
El 15 de agosto, un joven intentó colgarse de la instalación del cable de un vecino. El dueño se dio cuenta de lo que estaba sucediendo y le recriminó la actitud. Se inició una discusión que terminó cuando el acusado de robo de señal comenzó a golpear al damnificado.
El yerno, al ver cómo el vecino castigaba al dueño de casa, salió en su defensa. Pero lo hizo con una pistola y efectuó cuatro disparos al piso para que dejara de golpear a su suegro. Uno de los proyectiles terminó impactando en una de las piernas del acusado de robar la señal de cable. Por el lugar pasó un amigo del herido y lo llevó a un centro asistencial para que fuera atendido.
El auxiliar Fernando Isa, con instrucciones del fiscal Pedro Gallo, describió cómo se habría desencadenado el hecho y enumeró cada una de las pruebas que tenía en contra del acusado.
El representante del Ministerio Público Fiscal le endilgó al atacante el delito calificado como lesiones graves agravadas por el uso de arma de fuego, en calidad de autor.
En ese sentido, Isa solicitó que se le impongan medidas de coerción de menor intensidad por el plazo de 60 días, mientras avanza la investigación.
El imputado tendrá la obligación de permanecer a disposición del Tribunal y concurrir a todas las citaciones, y no podrá portar armas de fuego, consumir bebidas alcohólicas y drogas. Tendrá que presentarse todas las semanas en la comisaría a firmar comparendo y no podrá salir de la provincia sin previa autorización. La jueza Laura Julieta Casas aceptó todo lo requerido por el auxiliar Isa.