Un partido de fútbol entre Marapa y Jorge Newbery fue suspendido debido a la violencia en las tribunas.
Los aficionados locales arrojaron piedras, hiriendo a un jugador de Newbery. El árbitro suspendió el partido y la policía tuvo que intervenir para dispersar a los aficionados enfurecidos.
La policía tuvo que dispersar a los enfurecidos barras con balas de goma, ya que estos impedían el ingreso a los vestuarios, donde los planteles buscaban resguardarse.
Los incidentes continuaron fuera del estadio y la policía tuvo que escoltar al equipo visitante y al árbitro para que pudieran salir del estadio de manera segura.
A pesar de los graves incidentes, no hubo heridos y el jugador agredido decidió no presentar una denuncia.
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