El conflicto entre las legisladoras oficialistas Marcela Pagano y Lilia Lemoine ha generado un revuelo en las redes sociales y entre los seguidores libertarios, quienes no han dudado en criticar duramente a ambas por sus enfrentamientos públicos. Durante la noche del viernes, Pagano lanzó una serie de mensajes directos contra Lemoine, haciendo comentarios ácidos como: «Marche la pastillita psiquiátrica para Lilia Lemoine», «Pobre, hoy no la tomó» y «ella graba videos y extorsiona a los mismos que graba». Estos comentarios surgieron tras la acusación de Lemoine de haber sido maltratada por Pagano, quien, según Lemoine, operaba en contra de su propio bloque político. En respuesta, Lemoine anunció su renuncia, poniéndola a disposición del Presidente, y señaló que su decisión se debía a su deseo de no cruzarse más con Pagano.
La pelea, que fue ampliamente discutida en redes, se convirtió rápidamente en tendencia nacional, solo superada por el cierre de X en Brasil relacionado con Lula. Sin embargo, lo más sorprendente fue la reacción negativa de los propios seguidores libertarios, quienes reprocharon a ambas legisladoras por dañar la imagen del presidente Javier Milei con estas disputas públicas. Esta situación, marcada por tensiones previas entre Pagano y Lemoine, parece haber alcanzado un punto sin retorno, con implicaciones políticas dentro del bloque de La Libertad Avanza.
Un aspecto particularmente controvertido es la insinuación de Pagano de que Lemoine, quien trabaja como peinadora, estaría extorsionando al mismo presidente con grabaciones comprometedoras. Pagano planteó la pregunta en redes: «Ustedes no se preguntan por qué Lemoine tiene la impunidad que tiene…?», dejando en el aire la posibilidad de que Lemoine esté usando estas grabaciones para protegerse de cualquier consecuencia por sus acciones.
La situación se complicó aún más cuando Lemoine dirigió su ira hacia la vicepresidenta Victoria Villarruel, acusándola de tener una «agenda aparte» y de haber abandonado a sus electores. Lemoine criticó a Villarruel por no cumplir con las expectativas de quienes la apoyaron, llegando a insinuar que la vicepresidenta estaba bajo la «maldición de los vices», una referencia a las traiciones políticas que han caracterizado a otros vicepresidentes en el pasado. Incluso sugirió que si Villarruel renunciara, el país enfrentaría una crisis similar a la que ocurrió cuando Chacho Álvarez dejó su cargo.
Las tensiones internas en el bloque de La Libertad Avanza han sido evidentes en los últimos días, con Lemoine publicando capturas de chats donde denunció maltrato por parte de Pagano, y esta última respondiendo con comentarios como: «cómo vas a tener miedo si te acostás en la sábana más alta de poder que podés…». Además, se filtraron audios en los que Lemoine expresaba duras críticas hacia José Luis Espert, su esposa María Mercedes González y Luis Rosales.
Ahora, la cuestión que queda por resolver es si los líderes del bloque, como Martín Menem o Gabriel Bornoroni, intervendrán para calmar las aguas o si el «triángulo de hierro» de La Libertad Avanza tomará medidas para evitar que estas disputas sigan dañando la imagen del espacio político. Esta no es la primera vez que Milei enfrenta problemas internos en su bloque. Recientemente, expulsó a la diputada Lourdes Arrieta y al senador Francisco Paoltroni, y las fricciones continúan creciendo, alimentadas por las controversias en redes sociales y la incapacidad aparente de controlar a su bancada.
El conflicto interno dentro del oficialismo contrasta con las críticas que Milei lanzó hace unos días hacia Mauricio Macri por no poder controlar a su propio grupo de legisladores, luego de que varios diputados del PRO votaran a favor de una reforma jubilatoria impulsada por la oposición. Sin embargo, las feroces disputas dentro de La Libertad Avanza, con expulsiones y confrontaciones constantes en redes, han demostrado que el propio Milei enfrenta serios desafíos para «manejar» a su grupo político, que se ha vuelto cada vez más mediático y difícil de controlar.
Y antes habían trascendido unos audios en los que vertía exabrutos sobre José Luis Espert, su esposa María Mercedes González y Luis Rosales.