En la madrugada del martes, la Comisaría Décima, situada en la intersección de las calles Estanislao del Campo y Blas Parera en Villa 9 de Julio, fue escenario de un violento motín que alteró la noche en la capital tucumana.
El incidente comenzó alrededor de la medianoche cuando un grupo de 84 detenidos inició una revuelta para demandar mejoras en sus condiciones de detención. Los prisioneros prendieron fuego a colchones y otros materiales inflamables dentro de las celdas, lo que provocó una rápida propagación del fuego. Aunque las llamas causaron daños significativos a las instalaciones de la comisaría, no se reportaron heridos ni víctimas personales.
El comisario Eduardo Luna, jefe de la Unidad Regional Capital, reconoció que la sobrepoblación en las cárceles contribuye a los conflictos entre los reclusos. Actualmente, hay más de 1.100 detenidos en las comisarías de la capital, una cifra que excede ampliamente la capacidad disponible.
Para controlar el motín, se solicitó la intervención urgente de diversos grupos, incluidos el Grupo CERO y los bomberos. Los efectivos de seguridad ingresaron a los calabozos mientras los detenidos arrojaban objetos contundentes y se encontraban armados con puntas carcelarias. Tras restaurar el orden, los prisioneros fueron desarmados y trasladados a un pasillo interno dentro de la comisaría. Además, varios de ellos fueron reubicados en otras comisarías para prevenir futuros disturbios.
El comisario general Eduardo Luna subrayó que, en las diez seccionales que supervisa, hay un total de 1.100 presos, una cifra que supera significativamente la capacidad de los calabozos disponibles.