Pareja de jubilados afirma que solo les alcanza para una cena simple con café o mate

Desde hoy y hasta el próximo viernes 6 se llevará a cabo la entrega del Boleto Gratuito para Jubilados, un beneficio que está dirigido exclusivamente a aquellos jubilados que tienen su domicilio en la ciudad capital. Este boleto podrá utilizarse en las líneas urbanas numeradas del 1 al 19. En un contexto económico complicado, los jubilados aguardan con esperanza la posibilidad de retirar este beneficio que les facilitará la movilidad diaria.

En la ciudad de San Miguel de Tucumán, la entrega de estos boletos se está realizando en el Complejo Belgrano, donde el horario para retirarlos es de 7 a 13 horas. En este lugar, Inés y Alcides, un matrimonio de jubilados que llevaba esperando su turno, compartieron su situación con LG Play. Ambos explicaron que utilizan el colectivo principalmente para poder asistir a sus citas médicas. Inés tiene 77 años y Alcides 87, y llevan más de cinco décadas casados.

Con la jubilación mínima que recibe Alcides, la pareja enfrenta grandes dificultades para cubrir sus gastos básicos. Alcides comentó que algunos medicamentos puede obtenerlos gratuitamente, pero otros debe comprarlos él mismo. Además, mencionó que una parte de su familia vive en Bolivia. A pesar de sus raíces bolivianas, Alcides aseguró sentirse más argentino que otra cosa.

La pareja relató cómo su economía es tan ajustada que “solo tomamos mate todas las mañanas hasta que llega el momento de cobrar nuevamente”, afirmó Alcides. Inés añadió que para el almuerzo suele preparar solo una sopa y que para la cena se conforman con un café acompañado de algunas galletitas, ya que “no nos alcanza para más, nos medimos para comer”.

Inés enfatizó lo difícil que se ha vuelto afrontar los precios actuales, diciendo: “Todo está muy caro y la situación económica nos obliga a conformarnos con un café para la cena”. En los días en que no pueden comprar galletas, incluso el mate es la única opción para acompañar la bebida.

Por su parte, Alcides reconoció la falta de alternativas para ellos: “No nos queda otra, ¿qué más podemos hacer? Somos personas mayores, y no hay lugares a donde podamos ir a trabajar. Cuando llegué a este país tenía 22 años, ahora tengo 87, y nunca antes había visto una situación tan difícil como la que atravesamos hoy”, concluyó con pesar.