Patricia Bullrich respondió con firmeza al duro mensaje de Victoria Villarruel: «Le importa más su ego…»

Durante la tarde del jueves, un intenso enfrentamiento digital tomó protagonismo entre dos figuras clave del gobierno libertario: la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y la vicepresidenta de la Nación, Victoria Villarruel. El conflicto se desató luego de que Bullrich cuestionara públicamente la decisión de Villarruel de permanecer en su lugar como presidenta del Senado mientras se desarrollaba una sesión especial para debatir, entre otros temas, el aumento a las jubilaciones, propuesta que finalmente fue aprobada por unanimidad.

En un mensaje publicado en la red social X (ex Twitter), Bullrich acusó a Villarruel de actuar en complicidad con el «kirchnerismo destructor» y le exigió que se retirara de la sesión. “Levántese, señora vicepresidenta. No denigre la institución que preside. No sea cómplice del kirchnerismo destructor”, escribió Bullrich, desatando una reacción inmediata por parte de Villarruel, quien no dejó pasar la acusación.

La titular del Senado respondió con dureza y sin medias tintas, señalando que Bullrich no tenía autoridad moral para cuestionarla, aludiendo a su pasado político: “La democracia fue denigrada cuando personas que integraron organizaciones terroristas, como en su caso, manejaron durante décadas el destino del país”. Con esta frase, Villarruel aludió a los antecedentes de Bullrich en organizaciones armadas de los años 70, en un claro intento por desacreditarla y reafirmar su legitimidad institucional.

Además, Villarruel remarcó que la sesión se encontraba debidamente estipulada por el calendario legislativo y recordó que como vicepresidenta su función es presidir las sesiones del Senado, le resulten o no cómodas políticamente. Enfatizó que su rol institucional está por encima de los intereses personales o partidarios, subrayando: “El Senado es la casa de las provincias, y el recinto es soberano para decidir lo que se debate”.

Pero el cruce no terminó ahí. Patricia Bullrich decidió retomar la ofensiva y lanzó una nueva réplica, con tono irónico y desafiante: “¿Qué pretende usted, Victoria? ¿Que la llamen para darle palmaditas en la espalda y decirle ‘muy bien, Vicky, usted es vicepresidente’? Somos gente grande y tenemos una enorme responsabilidad”. En su mensaje, Bullrich hizo hincapié en que Villarruel fue elegida para combatir al kirchnerismo y no para facilitarle el camino, sugiriendo que su accionar contradecía el mandato popular.

La ministra fue aún más allá al insinuar que las decisiones de Villarruel estaban motivadas por cuestiones personales y no por convicciones institucionales. “Si va a habilitar sesiones que no cumplen con el reglamento y que tienen por objetivo perjudicar al Gobierno porque no la llaman seguido desde Casa Rosada, entonces queda de manifiesto que le importa más su ego que el país”, expresó, dejando en evidencia la fuerte grieta interna dentro del espacio oficialista.

Este intercambio dejó en claro no solo la tensa relación entre ambas figuras, sino también el creciente distanciamiento entre Victoria Villarruel y el núcleo duro del presidente Javier Milei. Aunque fueron compañeros de fórmula y juntos llegaron al poder, las diferencias ideológicas, estratégicas y personales se han acentuado con el correr de los meses, generando un clima de desconfianza que parece difícil de revertir. Las tensiones ya no se ocultan, y lo ocurrido en el Senado con esta sesión autoconvocada fue solo el detonante de un conflicto más profundo entre el Ejecutivo y la conducción legislativa.