Luego del gol del triunfo de River en tiempo de descuento, los jugadores de ambos equipos, tiulares y suplentes, se trenzaron en una batalla campal donde volaban empujones y manotazos por doquier. Y ahí apareció él, Diego Moreno, cual superhéroe, para intentar poner un poco de calma entre tantos cruces. “La Roca”, como se hace llamar, es uno de los hombres de seguridad que custodian al plantel de “los millonarios”.
El Superclásico estaba a punto de terminar con un empate en cero cuando el árbitro Darío Herrera vio penal en el área de Boca -infracción de Agustín Sández sobre Pablo Solari- y el delantero Miguel Borja lo intercambió por un grito de gol. Pero una actitud repudiable de Agustín Palavecino, que les festejó en la cara a algunos jugadores del xeneize, provocó el estallido inicial de bronca del arquero Sergio Romero que se extendió a los demás jugadores.
Mientras Borja continuaba en su mundo festejando el penal hacia una de las tribunas del estadio Más Monumental, en el medio del campo de juego se sucedía una seguidilla de manotazos, empujones e insultos en medio de una maraña de camisetas azul y amarillas y blancas y rojas.
Fue entonces que “La Roca” hizo su aparición estelar e intercedió para que las agresioens no avanzaran. Su presencia evitó, por ejemplo, que el delantero xeneize Luis Vázquez, uno de los futbolistas más desaforados, se trenzara a los golpes con Milton Casco. Bastó con que lo sujetara para controlar al joven desencajado. El fornido guardaespaldas también “convenció” a los jugadores del millonario para que regresaran al banco de suplentes. La Justicia analiza de oficio por estas horas el accionar de los jugadores Palavecino, Vázquez y Marcos Rojo por los incidentes.
