En una declaración reciente durante el juicio en su contra por supuestos abusos sexuales, José Alperovich presentó pruebas y desmintió varios aspectos de la denuncia en su contra. El exsenador nacional negó tener un vínculo familiar con la denunciante, señalando que la conoció cuando ella tenía 27 años y se ofreció para trabajar en su espacio político, sin que nunca se refirieran mutuamente como parientes.
Alperovich también refutó un supuesto incidente en un auto particular en camino a la residencia de la tía de la acusadora, asegurando que en realidad ese día se dirigían en una combi a un evento en Villa Angelina y luego asistió a un partido de fútbol, todo lo cual está respaldado por un video de la campaña electoral. Respecto a los presuntos abusos en un departamento en Buenos Aires, Alperovich afirmó que nunca estuvieron solos en el lugar, contradiciendo así la versión de la denunciante.
El exgobernador también cuestionó el informe psicológico que alegaba un síndrome de indefensión aprendida por parte de la denunciante, argumentando que solo habían pasado cinco días desde que se conocieron y que, en un supuesto segundo hecho, fue la denunciante quien solicitó volver a Buenos Aires. Alperovich destacó que durante el día y hora en que se alega que ocurrió un abuso en El Corte, las antenas de celular ubicaban a la denunciante en San Miguel de Tucumán, a una distancia considerable del lugar del presunto incidente.
En su defensa, Alperovich presentó fotos de las redes sociales de miembros de su equipo de campaña que mostraban que no estuvo solo con la denunciante en un vehículo en camino a una actividad política. También destacó que la denunciante renunció a un puesto en el Ministerio de Gobierno de Tucumán para seguir trabajando con él en la campaña, lo que sugiere motivaciones políticas detrás de la denuncia.
Alperovich sostiene que la causa en su contra se basa únicamente en la declaración de la denunciante, en testimonios de sus allegados que mencionaron que ella habló de los abusos meses después de que supuestamente ocurrieran, y en un informe psicológico. Él ha intentado demostrar que no hubo una dependencia económica ni una asimetría de poder con la denunciante, quien, según él, manejaba la agenda y los recursos de la campaña. La defensa de Alperovich concluyó que la denunciante no tiene una personalidad sumisa, argumentando que su negativa inicial a entregar su celular al tribunal y su posterior entrega después de borrar datos de conversaciones evidencian esto.