En julio de 2022, un hombre de 35 años otorgó un préstamo de 50.000 pesos a una vecina de 28 años, aprovechándose de la difícil situación y falta de experiencia de la joven. Para asegurar su beneficio, la obligó a aceptar condiciones abusivas, pactando que la deuda debía ser saldada en seis cuotas mensuales consecutivas de 27.000 pesos cada una. La joven cumplió con estos pagos y canceló la deuda. Sin embargo, el acusado le hizo firmar un pagaré en blanco y, tras recibir el pago total, se negó a devolverle dicho documento, exigiéndole más dinero. Aunque la deuda ya estaba pagada según lo acordado, el hombre entregó el pagaré para iniciar acciones legales en su contra.
Por estos hechos, el lunes 19 de mayo se llevó a cabo la primera audiencia del juicio oral contra el acusado, quien está imputado por los delitos de usura y abuso de firma en blanco, siendo señalado como autor en perjuicio de la joven. Durante la audiencia, la víctima ofreció su testimonio y compartió detalles de su experiencia: “Yo había tenido un accidente vehicular y había quedado sin trabajo. Era tanta la urgencia que estaba pasando porque necesitaba mis medicamentos. Le comenté a él lo que estaba pasando. Me dijo: `Quedate tranquila, yo te voy a ayudar’. Le pagué y le dije que me devuelva el pagaré, pero él se negó y me dijo que tenía que seguir pagándole”.
La investigación estuvo a cargo de la Unidad Fiscal de Delitos Complejos, bajo la dirección de Mariana Rivadeneira, y fue representada por la auxiliar de fiscal Mónica Torchán, quien llevó adelante la acusación durante la apertura del juicio. En ella, solicitó una condena de cinco años de prisión efectiva para el acusado, además de una multa económica. El tribunal unipersonal está presidido por Lucas Taboada.
Respecto al caso, la auxiliar de fiscal señaló: “El acusado se aprovechó de la situación de salud y económica que estaba pasando la víctima. Se conocen del barrio (Independencia de Alderetes), se criaron juntos. Con el supuesto propósito de ayudarla, le dio un préstamo de poca cuantía que se convirtió en una deuda impagable por los intereses usurarios que le impuso. Aun así, la victima los pagó. No conforme con esto, le hizo firmar un documento en blanco, el cual en vez de entregar una vez pagada la deuda, lo ejecutó, cometiendo otro delito”.
Así, se refleja un caso en el que la vulnerabilidad de una persona fue explotada por alguien cercano, derivando en un proceso judicial que busca castigar el abuso y la usura cometidos.