Un joven de 22 años provocó un enorme susto en su familia al aparecer vivo durante su propio velorio en Tucumán, dejando en evidencia que sus deudos habían estado llorando a un desconocido debido a un error de identificación.
«Estoy vivo», alcanzó a declarar el joven al llegar a su hogar en Villa Carmela, luego de haber pasado un tiempo consumiendo drogas en el barrio Alderetes, al otro lado de la capital provincial. La noticia generó conmoción: «Hubo un lío tremendo. Muchos se espantaron, otros gritaron y lloraron. La verdad es que quedamos helados», relató Ana Laura, quien estaba presente durante el velorio interrumpido.
Todo comenzó con la muerte real de un hombre que fue atropellado por un camión el jueves por la madrugada en la ruta que conecta distintos barrios a las afueras de San Miguel de Tucumán. El caso fue catalogado como «homicidio culposo» y quedó bajo investigación del fiscal Carlos Sale. Tras realizarse la autopsia y los estudios pertinentes, la justicia autorizó la entrega del cuerpo a los familiares para su entierro.
En paralelo, la madre del joven de 22 años se presentó en la comisaría de Alderetes para reconocer lo que ella creyó era su hijo, dado que tiene un historial de consumo problemático de drogas. La mujer, convencida de lo peor, identificó el cuerpo y lo llevó a su casa para un último adiós, acompañado por familiares, vecinos y amistades.
«Se van de la casa diciendo que harán un trámite y no vuelven más. Uno nunca sabe si están vivos», comentó María Laura García, vecina de Villa Carmela, quien había participado del velorio del hombre equivocado.
Finalmente, tras la aparición con vida del joven, la familia devolvió el cuerpo a la morgue judicial, donde permanecía durante tres días a la espera de ser correctamente identificado.