Un grupo de vecinos de la ciudad de Dolores organizó este domingo por la noche una vigilia para brindar «un abrazo solidario» a los padres de Fernando Báez Sosa, a pocas horas de que el Tribunal Oral en lo Criminal 1 local dé a conocer la sentencia del juicio a los ocho acusados de matarlo a golpes.

La iniciativa fue impulsada por vecinos del barrio Club Ferro, en el macrocentro dolorense, y cerca de las 22 se acercaron hasta el lugar Silvino Báez y Graciela Sosa, padres de la víctima, quienes agradecieron a los organizadores y reiteraron su pedido de justicia por el crimen, ocurrido en Villa Gesell el 18 de enero de 2020.

«Quisimos darle un abrazo desde acá como vecinos a los padres. Organizamos esta vigila de manera espontánea a través del grupo de whatsapp que compartimos», dijo a Télam Lidia Moisá, una de las impulsoras de la convocatoria.
Como parte de la iniciativa, los vecinos encendieron antorchas en latas con aceite quemado sobre el cordón de las veredas.

«La llama simboliza nuestro abrazo, y es lo mismo que hacíamos durante la pandemia desde el lugar de cada uno en el barrio, para expresar nuestra solidaridad con lo que sucedía», explicó.
La madre de Fernando se acercó hasta el lugar de la vigilia minutos después de las 21.30, y expresó su «emoción por este gesto de afecto».

«Hablaba con la señora y le dije que tengo mucho miedo, mucha angustia, pero ella me dice que me quede tranquila, que todo va a estar bien. Al ver a tanta gente que me sigue apoyando siento la fuerza para seguir, y viendo esta vigilia que armaron por Fernando me llega hasta lo más hondo de mi corazón», agradeció.
El padre de la víctima se sumó minutos más tarde, y expresó que «el apoyo de la gente da la fuerza necesaria para seguir adelante».
«Sea lo que sea mañana (por el lunes) la sentencia, vamos a seguir adelante, seguir luchando. Dios quiera que sea un ejemplo para que esto no vuelva a pasar. Me gustaría que la juventud tome consciencia y tome coraje para que no haya otro Fernando», aseguró el padre.
Los ocho imputados y sus roles
Estos son los ocho jóvenes acusados de matar a golpes a Fernando Báez Sosa en la madrugada del 18 de enero de 2020 en Villa Gesell, y los elementos de prueba surgidos en la investigación y en el juicio, en los que deberá basar el Tribunal Oral en lo Criminal 1 de la ciudad de Dolores la sentencia que dará a conocer el próximo lunes.

MÁXIMO THOMSEN (23)
Nació el 27 de noviembre de 1999 y sus allegados lo apodan «Machu». Se formó como rugbier en el Arsenal Zárate Rugby y jugaba en el Club Atlético San Isidro desde 2017, pero fue suspendido como socio tras conocerse su detención. Era estudiante en el profesorado de educación física y quería ser kinesiólogo de alto rendimiento. Entre sus pasatiempos en la Alcaldía donde está detenido se dedica a leer novelas épicas o fantásticas.
Fue sacado por la fuerza del boliche «Le Brique» de Villa Gesell y en el juicio fue señalado por testigos como uno de los que pateó en la cabeza a Fernando, cuando ya estaba caído en el suelo. Al declarar ante el tribunal dijo que «jamás» tuvo «intenciones de matar a alguien», que reaccionó «tirando patadas» ante una «piña en el rostro», y reconoció como propia la zapatilla con sangre de la víctima que dejó su impronta en el rostro del joven asesinado.
Fue señalado además por uno de los policías que declaró, como quien involucró falsamente al remero Pablo Ventura, detenido en el inicio de la investigación y sobreseído días más tarde.
Pidió «disculpas» a la familia de Fernando, y en sus últimas palabras antes de la sentencia sostuvo: «Jamás pensé que algo así podría llegar a pasar. Ojalá pudiera volver el tiempo atrás y revertir todo esto. Estoy muy arrepentido». En los días previos a los alegatos, pidió asistencia psicológica dentro de la unidad penal en la que están alojados.
CIRO PERTOSSI (22)
Nació el 8 de mayo de 2000. Testigos los identificaron como uno de los primeros en golpear a la víctima frente al boliche. La fiscalía y los abogados de la familia de Fernando consideraron probado que le dio una trompada «a traición» desde la derecha, y que luego siguió pegándole cuando ya estaba en el piso. Imágenes aportadas a la causa y exhibidas en el juicio lo muestran «chuparse los dedos» con sangre cuando fue interceptado por personal policial. Fue quien, casi una hora y media después del ataque, escribió en el grupo de WhatsApp que compartía con el resto del grupo: «Chicos, no se cuenta nada de esto a nadie». Fue hallada sangre de la Fernando en su pantalón.
Al declarar en el juicio confirmó que era quien aparecía en uno de los videos que captaron la agresión, pero dijo que no pateó a la víctima porque advirtió que estaba tirada en el piso y se contuvo. «Este chico soy yo. Y quisiera aclarar que esa patada no la doy, y que cuando me doy cuenta que el chico está en el piso me freno antes», dijo. Pidió perdón a la familia de Fernando en sus últimas palabras, dijo estar «arrepentido» y que es «muy feo de lo que nos acusan».
ENZO COMELLI (22)
Nació el 25 de febrero de 2000. Al ser detenido presentaba un «hematoma sobre el labio inferior». Testigos lo reconocieron como el otro imputado que agredió inicialmente a Fernando, en su caso desde la izquierda. Un amigo de la víctima declaró que ese golpe «lo dejó arrodillado». Según la acusación, con esa agresión «casi al unísono» Comelli y Ciro Pertossi lograron «tomarlo desprevenido». Antes del inicio de los alegatos, el Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) incautó su teléfono celular y el de Blas Cinalli, por presuntas interacciones con cuentas que los apoyaban en Instagram. Fue uno de los tres que no declaró en el juicio. En sus últimas palabras ante el tribunal, pidió «perdón» a la familia de Fernando y también a la suya, y a «todas las personas afectadas por este hecho aberrante».
LUCIANO PERTOSSI (21)
Nació el 29 de enero de 2001, es el menor del grupo. Es hermano de Ciro. Fue reconocido por testigos como uno los agresores de Fernando. Una joven declaró en la causa que fue quien dijo «quedate tranquilo que me lo voy a llevar como trofeo», mientras golpeaba a la víctima en la cara. Rastros de sangre de Fernando fueron hallados en prendas suyas. Según la acusación, en las filmaciones exhibidas en el juicio se ve que participa de la golpiza. Fue el primero en romper el silencio en el juicio, solo para negar que fuera quien aparecía en esas imágenes. En las últimas palabras, pidió perdón a los padres de la víctima, y dijo que «nunca» quiso «participar de una pelea en la que fallezca una persona». «Pido mil disculpas por todo lo malo. Lo que ustedes decidan va a ser lo correcto. Le pido a Dios que sea algo bueno para todos», expresó ante los jueces.
LUCAS PERTOSSI (23)
Nació el 25 de febrero de 1999, es el mayor del grupo, y es primo de Luciano y Ciro. Es técnico en seguridad e higiene. Filmó con su iPhone el momento en que fueron expulsados del boliche y luego el inicio del ataque, hasta que dejó de grabar la golpiza, según entendió la fiscalía, para sumarse a la agresión. Tras el crimen, envió un audio al resto de los imputados: «Estoy acá cerca donde está el pibe y están todos ahí a los gritos, está la policía, llamaron a la ambulancia… caducó». Al declarar en el juicio en la última audiencia, dijo que solía grabar distintas escenas con su celular, y por eso lo apodaban «Croniquita» e «Intento de influencer». Según la fiscalía, «aparte de agredir a Fernando, es una de las personas que también libera la zona a los efectos de la que el ataque se pueda realizar». También pidió disculpas a la familia de Fernando en sus palabras finales, dijo estar «muy arrepentido por todo lo que pasó» y «muy triste por todo lo sucedido». Señaló además: «Nunca tuve intención de matar a nadie ni participar de un asesinato».
MATÍAS BENICELLI (23)
Nació el 5 de noviembre de 1999. Trabajaba en un taller de chapa y pintura. Fue quien abrió la puerta a la policía a las 10.30 del 18 de enero de 2020, cuando se ordenó la aprehensión del grupo en la casa que alquilaba en Gesell. Utilizaba rodete al momento del crimen. Un testigo lo ubicó a partir de ese rasgo como un «agresor directo» de Fernando, otro lo situó «agrediendo también a un amigo» y un restante lo identificó como quien le gritaba a la víctima «a ver si volvés a pegar, negro de mierda». Tampoco declaró durante el debate oral, y solo se expresó al momento de las últimas palabras: «Quiero pedir perdón a la familia de Fernando. Nunca quise que esto pasara. Nunca tuve la intención de matar a nadie. Todos los días lo pienso. Ojalá pudiera volver el tiempo atrás».
BLAS CINALLI (21)
Nació el 18 de abril de 2001. Fue el único imputado que no fue mencionado puntualmente por ningún testigo, pero rastros de ADN compatibles con su perfil genético fueron hallados debajo de una uña de la víctima. Para la fiscalía, «no hay dudas» de que fue uno de los agresores directos. De acuerdo a capturas exhibidas en el juicio, tras el crimen intercambió mensajes con un amigo, a quien escribió: «Nos peleamos. Ganamos contra unos chetos, los rompimos», «creo que matamos a uno», «le dimos murra a uno con el ‘perto’, lo recargamos a palo, pero mal. Nos vinimos corriendo a la casa», «yo sólo quiero tomar vino y fumar flores». Al declarar, dijo que «no hubo ningún plan» y que «en ningún momento» le pegó a la víctima. En sus palabras finales, sostuvo: «Quiero pedir disculpas a todas las personas afectadas por lo que pasó. Es algo que duele muchísimo hasta el día de hoy. No hubo ningún plan ni nada de lo que se dice». Su celular fue secuestrado junto al de Comelli por el SPB antes de los alegatos.
AYRTON VIOLLAZ (23)Nació el 9 de mayo de 1999. Es técnico electromecánico. Es el único del grupo que no tenía teléfono celular al momento del viaje a Gesell. Para la fiscalía fue quien dio «la señal de ataque». El abogado Fernando Burlando, representante de los padres de la víctima, apuntó en el mismo sentido: «Procede a dar la orden que iniciará el ataque: ´Es ahora, vamos, es ahora´». Testigos lo identificaron como uno de los que evitaba que Fernando fuera ayudado. El fiscal Juan Manuel Dávila sostuvo que «no hay ninguna duda» de que fue otro de los agresores directos, lo que guardaría relación con lesiones que presentaba en los nudillos al ser detenido. Optó por no declarar durante el juicio. Al momento de las últimas palabras, pidió «perdón a la familia de Fernando» y se mostró «muy arrepentido de todo».(Télam)
