Un episodio de extrema crueldad hacia los animales conmocionó a la comunidad del sur de Tucumán a comienzos de diciembre, cuando vecinos del barrio Itilco en Concepción escucharon llantos provenientes de un pozo que estaba cubierto con piedras y tierra. Al acercarse, los vecinos descubrieron la terrible situación: cuatro cachorritos recién nacidos habían sido enterrados vivos. Gracias a la rápida intervención de una vecina que alertó sobre el hecho y la acción inmediata del grupo Rescate Animal Aguilares, se puso en marcha un rescate contrarreloj para salvar a los pequeños.

Al llegar al lugar, las rescatistas, conscientes de la gravedad de la situación, decidieron actuar de inmediato sin esperar la presencia policial. Con sus propias manos cavaron, removiendo tierra, barro y piedras, hasta lograr extraer del pozo a los cuatro cachorros que aún seguían con vida. La madre también fue resguardada, ya que había intentado desesperadamente desenterrar a sus crías y había recibido golpes con un palo por parte del dueño durante su intento de salvarlos.

A pesar del esfuerzo y la rapidez en el rescate, uno de los cachorritos falleció horas después debido al estado crítico en que fue encontrado, presentando signos de asfixia por tierra y sin lograr recuperarse a pesar de los primeros auxilios brindados por el equipo. Los otros tres lograron sobrevivir y se encuentran bajo cuidado.

El responsable del hecho, un hombre de 81 años, fue detenido el mismo día tras la denuncia. Según la acusación fiscal, el 1 de diciembre, alrededor del mediodía, había arrojado a los cuatro cachorros recién nacidos dentro del pozo y los había cubierto con tierra y piedras. Además, agredió a la madre de los animales cuando ésta intentó rescatar a sus crías.

El proceso judicial se llevó adelante de manera rápida. Tres días después se realizó una audiencia en la que Mendoza reconoció su culpabilidad y fue condenado a ocho meses de prisión de ejecución condicional. A su vez, se le impusieron estrictas reglas de conducta: fijar domicilio, abstenerse del consumo abusivo de alcohol, someterse a tratamiento psicológico por maltrato animal, pagar una multa de 500 mil pesos y entregar tres bolsas de alimento para cachorros a una fundación proteccionista.

Como actualización positiva, Rescate Animal Aguilares informó a través de sus redes sociales que los tres cachorritos sobrevivientes continúan creciendo “gorditos, hermosos y llenos de ganas de vivir”. En una publicación acompañada de fotos de uno de ellos, la organización escribió: “Mire señor… ¡sobrevivimos! Pensó que los estaba condenando, pero lo único que logró fue que el mundo vea su maldad y nuestra lucha”. Además, agradecieron la colaboración de quienes difundieron el caso, realizaron donaciones y no miraron hacia otro lado, destacando que estos pequeños milagros son una prueba de que los animales pueden salvarse cuando la comunidad actúa unida.

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