A diferencia de equipos como Huracán, Racing y Unión, que solo consiguieron un empate y no lograron avanzar en la tabla, Atlético Tucumán supo aprovechar su oportunidad con gran determinación. Aunque comenzó perdiendo 1-0, el técnico Facundo Sava realizó un cambio clave en el segundo tiempo al introducir a Gianluca Ferrari, quien anotó dos goles de cabeza en rápida sucesión para darle la vuelta al marcador. Este jugador, cedido a préstamo desde Godoy Cruz, fue fundamental para que el Decano escalara al cuarto lugar en la tabla, empatando con Talleres y quedando a solo tres puntos del líder, Huracán.
Independiente Rivadavia, sin necesidad de mostrar un rendimiento sobresaliente, logró ponerse en ventaja en el primer tiempo gracias a su eficacia. El equipo de Cicotello aprovechó una oportunidad que se le presentó y Fernando Romero venció al arquero Durso después de un error de De Los Santos. La estrategia del visitante era clara: juego directo y rápido, llegando al arco rival con pocos pases. En contraste, Atlético Tucumán elaboraba más sus jugadas, con Joaquín Pereyra destacándose por su habilidad y control del juego, aunque sin contar con un buen desempeño del Pulga Rodríguez. A pesar de esto, el equipo tucumano mantenía mayor posesión del balón y generaba oportunidades, incluyendo un tiro peligroso de Brandán que fue bien atajado por Centurión. Sin embargo, el arquero cometió un error en un córner que permitió a Ferrari igualar el marcador, y seis minutos después, el mismo Ferrari amplió la ventaja para el 2-1 definitivo.
La reacción de Atlético Tucumán les infundió confianza y calma, apoyados por su ferviente afición local. Varios jugadores mejoraron su rendimiento, incluyendo a Tesuri y Estigarribia, quien ingresó desde el banco, mientras Pereyra continuaba destacándose y la defensa mostraba firmeza. Independiente Rivadavia intentó empatar después de recuperarse del golpe inicial, pero Atlético Tucumán defendió bien su ventaja y cortó la racha de tres partidos invictos de su oponente.