En Mendoza, la noche se vivió con la misma tensión y dramatismo que en el Mundial de Qatar 2022, donde cada hincha de River pareció convertirse en Montiel al momento de patear el último penal que definió la ajustada serie ante Unión. Tras un empate 0 a 0 en los 90 minutos, el conjunto dirigido por Marcelo Gallardo logró avanzar a los cuartos de final de la Copa Argentina, donde se enfrentará a Racing. Sin embargo, antes de que Montiel tomara la responsabilidad decisiva, Franco Armani volvió a erigirse como héroe del equipo: el arquero tapó dos penales de manera brillante, rompiendo la mala racha del equipo y confirmando, una vez más, que su presencia bajo los tres palos es fundamental para que River avance en las competiciones.
Pese a la clasificación, el rendimiento del equipo sigue generando dudas y preocupando a Gallardo. Con partidos exigentes acercándose, como los de Palmeiras en la Copa Libertadores y Racing en la Copa Argentina, el entrenador todavía busca que su equipo logre un nivel más consistente y sólido. Para este encuentro, River implementó un esquema distinto al tradicional 4-3-3, optando por un 4-3-1-2 que incluyó a Castaño, Enzo Pérez y Galoppo en el mediocampo, Nacho Fernández como enganche y la dupla ofensiva formada por Salas y Driussi.
El primer tiempo mostró a un River que arrancó con cierta intensidad, aunque apenas unos minutos después perdió fluidez y claridad ofensiva. Algunas combinaciones entre Nacho Fernández y Salas, así como una oportunidad para Driussi que no terminó bien definida, fueron insuficientes. La posesión de la pelota no se tradujo en ocasiones claras, mientras que la defensa de Unión y su doble cinco se mostró sólida y concentrada, bloqueando los caminos del ataque de River. El Tatengue, por su parte, aprovechó la estrategia de contraataque y casi convierte en un avance donde Martínez no logró definir correctamente.
El partido también evidenció problemas recurrentes en River: presión mal aplicada, retrocesos lentos y pérdidas de balón en el mediocampo, especialmente por parte de Castaño. La sociedad ofensiva Salas-Driussi, que prometía ser letal, todavía no mostraba química en su primer encuentro juntos, aunque Salas mantuvo su habitual energía y entrega.
En la segunda mitad, Unión inició con más peligro, con un avance de Tarragona y un centro que Armani despejó milagrosamente. A medida que River seguía sin encontrar respuestas, recurrió a centros y tiros de media distancia, pero sin generar peligro real. Con Nacho Fernández lesionado, Gallardo introdujo a Juanfer Quintero, quien rápidamente asistió a Acuña para que Montiel empujara la pelota, generando un penal que obligó a los jugadores a mantener la tensión al límite.
El tramo final del encuentro mantuvo la incertidumbre: River no conseguía oportunidades claras y estuvo a punto de recibir un gol, pero Montiel se interpuso en la línea de Armani, salvando la valla. Los últimos minutos fueron de vértigo, con situaciones de ambos lados que podrían haber definido el partido antes de la tanda de penales: Tagliamonte tapó un cabezazo de Borja y Palavecino falló solo frente al arco.
Finalmente, la definición desde los doce pasos consagró nuevamente a Armani como la figura estelar. Gracias a sus intervenciones decisivas, River consiguió avanzar a los cuartos de final de la Copa Argentina, aunque el rendimiento general del equipo deja en evidencia que aún hay mucho por ajustar de cara a los compromisos que se aproximan.
