Atlético Tucumán sufrió una dura derrota por 2-1 ante Vélez en el estadio Monumental, y el momento decisivo del encuentro fue un fallo inexplicable de Leandro Díaz. Cuando el empate parecía al alcance, el «Loco» Díaz erró de manera asombrosa frente a un arco vacío, dejando al arquero de Vélez, Marchiori, completamente desprotegido y sin necesidad de intervenir. Este error trascendió durante el análisis posterior del partido, donde Chavo Fucks destacó que situaciones como esa no son responsabilidad del entrenador. Según Fucks, el fallo fue enteramente culpa de Díaz, y no de Pusineri, el director técnico, subrayando que en esos momentos el rendimiento de los jugadores está por encima de la estrategia del cuerpo técnico.
El equipo de Atlético Tucumán, no logró encontrar la claridad necesaria para generar jugadas de peligro. Intentaron con determinación alcanzar el empate 2-2, pero la oportunidad más clara se presentó cuando Díaz tuvo el gol servido, justo frente al arco de la Bolivia. Sin embargo, en ese instante crítico, Díaz falló increíblemente, un error que fue percibido por todos como una oportunidad de oro perdida. Ese momento marcó un punto de quiebre para el equipo, ya que, a partir de allí, el nerviosismo se apoderó de los jugadores. El ambiente se tornó tenso, los cánticos de la hinchada resonaron con más fuerza, pero el equipo no pudo recuperar la compostura.
El resultado final fue una complicación para Atlético Tucumán, que no encontró la suerte ni la precisión necesarias en sus jugadas. La falta de efectividad frente al arco y la presión generada por el error de Díaz contribuyeron a que el equipo no pudiera reagruparse para igualar el marcador. La derrota se sintió aún más amarga por la oportunidad desperdiciada, lo que deja al Decano con una sensación de frustración y con la necesidad de mejorar su rendimiento en los próximos partidos.
