Dominio español y estrategia defensiva inglesa
Como anticipaban los pronósticos, el equipo dirigido por Luis de la Fuente buscó imponer su estilo mediante el control del territorio. Fabián Ruiz y Rodri lideraron este esfuerzo, acompañados por la velocidad de Nico Williams y Lamine Yamal. En contraste, Gareth Southgate optó por un planteamiento defensivo y conservador, confiando en los contragolpes de Bukayo Saka y Phil Foden.
Durante la primera mitad, los arqueros prácticamente no tuvieron actividad. El público local encontró entretenimiento en los silbidos dirigidos a Marc Cucurella, recordando con desagrado una mano no sancionada del defensor catalán en una semifinal anterior que pudo cambiar el destino del encuentro.
La reanudación y el impacto de los jóvenes
Al comenzar la segunda mitad, la selección española no se vio afectada por la lesión de Rodri, quien fue sustituido por Martín Zubimendi. Los españoles mantuvieron su plan de juego, y los jóvenes jugadores dieron resultados. Lamine Yamal realizó una excelente intervención que culminó en una asistencia perfecta para Nico Williams. El delantero del Athletic de Bilbao definió con un remate cruzado, imposible de detener para Jordan Pickford, dando a España ventaja y confianza.
La claridad de Dani Olmo y la calidad de Álvaro Morata proporcionaron más argumentos para que España aumentara su ventaja. No obstante, Inglaterra respondió con Jude Bellingham, quien creó varias oportunidades peligrosas que casi terminan en gol. Una decisión controversial fue la de Southgate al sustituir a Harry Kane por Ollie Watkins, lo que generó críticas considerando que Kane podría haber sido clave para empatar mediante el juego aéreo.
El empate inesperado y la tensión final
El empate llegó gracias a Cole Palmer, quien sorprendió a Unai Simón con un disparo rasante que igualó el marcador 1-1. Este gol revitalizó el encuentro, manteniendo a todos expectantes ante la posibilidad de un tiempo extra.
Las combinaciones ofensivas de Dani Olmo, Nico Williams y Lamine Yamal siguieron causando problemas a Inglaterra, y Pickford tuvo que esforzarse para mantener el empate. Sin embargo, a los 42 minutos, Marc Cucurella se proyectó en el ataque y asistió a Mikel Oyarzabal, quien se convirtió en el héroe al anotar el 2-1 definitivo.
El sufrimiento y la gloria
El dicho «no hay gloria sin sufrimiento» se aplicó perfectamente a España. En los últimos momentos, Declan Rice estuvo cerca de empatar, pero los reflejos de Unai Simón lo impidieron. El rebote cayó en la cabeza de Bukayo Saka, quien intentó de nuevo, solo para ser bloqueado por el sacrificio de Dani Olmo. Este esfuerzo finalizó con la Eurocopa regresando a España, sumándose a sus títulos de 1964, 2008 y 2012.
Para Inglaterra, la sequía de títulos continúa. Desde el controversial triunfo en la Copa del Mundo de 1966, no han vuelto a celebrar un título mayor, lo que parece una maldición inquebrantable.