El próximo jueves 10 de abril se desarrollará un paro general en todo el territorio argentino, convocado por la Confederación General del Trabajo (CGT), y que cuenta con el respaldo de múltiples organizaciones gremiales. Entre las entidades que acompañarán la medida de fuerza se encuentran tanto las dos ramas de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) como la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (Ctera), junto con otros sindicatos de gran peso específico. Esta jornada de protesta se propone como una respuesta al sostenido deterioro del poder adquisitivo de los trabajadores y al reclamo de recomposición salarial frente al contexto económico actual.
Como consecuencia directa de esta convocatoria, se anticipan interrupciones en diversos servicios esenciales y en áreas de gran impacto en la vida cotidiana. Entre los sectores que verán interrumpida su actividad se encuentran los bancos, las dependencias de la administración pública y las escuelas del sistema estatal. En lo que respecta a los establecimientos educativos de gestión privada, la adhesión al paro dependerá de las decisiones que tome cada institución, en función de sus políticas internas y de su vínculo con los gremios docentes. Por esta razón, se recomienda que las familias consulten directamente con los colegios para confirmar el funcionamiento durante esa jornada.
Uno de los aspectos más observados en toda convocatoria de este tipo es el transporte público, dado que su adhesión o no puede modificar sustancialmente el grado de acatamiento y el alcance del paro. En esta ocasión, sin embargo, la Unión Tranviarios Automotor (UTA), el sindicato que representa a los choferes de colectivos, resolvió no sumarse a la huelga. Esta decisión se basa en la conciliación obligatoria dictada días atrás por la Secretaría de Trabajo en el marco de un conflicto con las cámaras empresariales del sector.
Distinta es la situación en el sector aeronáutico. En ese ámbito, los gremios que agrupan a pilotos, personal de tierra y personal superior —como APLA, APA y UPSA— ya han confirmado su adhesión a la medida convocada por la CGT. Esto provocará la cancelación de numerosos vuelos en todo el país, con la consiguiente afectación a los usuarios del transporte aéreo.
Por otro lado, el paro general también tendrá impacto en el sector financiero, dado que los trabajadores bancarios han decidido sumarse a la jornada de protesta. Como resultado, las entidades bancarias no atenderán al público durante todo el día jueves.
Además, los empleados estatales —tanto aquellos que dependen de organismos nacionales como provinciales— interrumpirán sus funciones en el marco de la medida de fuerza.
Por último, en lo que respecta al sistema sanitario, tanto los hospitales como los centros de salud públicos mantendrán una modalidad de atención reducida, funcionando únicamente con guardias mínimas para garantizar la cobertura de emergencias.
