El duelo entre Argentina y Brasil por la cuarta fecha del Hexagonal Final del Torneo Sudamericano Sub-20 dejó mucho más que un empate 1-1. El cierre del encuentro estuvo marcado por una gran tensión, con gestos provocativos, discusiones y enfrentamientos verbales entre los protagonistas dentro y fuera del campo de juego.
El partido, disputado en Venezuela, comenzó con la Selección Argentina poniéndose en ventaja gracias a Claudio Echeverri, quien ejecutó un penal con gran categoría para darle la ventaja parcial a la Albiceleste en la primera mitad. Sin embargo, en el segundo tiempo, Brasil reaccionó y encontró la igualdad a través de un remate cruzado de Rayan, que sentenció el 1-1 definitivo.
A medida que avanzaban los minutos finales, la intensidad fue en aumento, con un juego cada vez más friccionado y un clima de alta tensión en el campo. A pesar de los roces y el vértigo del cierre, el marcador no volvió a moverse. Sin embargo, lo que sí creció fueron los cruces verbales y los gestos desafiantes entre los jugadores y hasta con los hinchas.
Uno de los principales protagonistas de esta tensión fue Igor, lateral derecho de la selección brasileña, quien se hizo notar no solo por su desempeño en la cancha, sino también por sus infracciones reiteradas. A pesar de haber cometido varias faltas de gravedad, los árbitros no tomaron medidas disciplinarias severas en su contra, lo que generó malestar en el equipo argentino.
Además de su agresividad en el juego, Igor tuvo un enfrentamiento con los hinchas de Argentina que lo increpaban desde las gradas. En respuesta a los insultos, el jugador brasileño no dudó en hacer un gesto con su mano para recordarles la supremacía de Brasil en la historia de los mundiales, mostrando con los dedos el número cinco en referencia a los títulos obtenidos por su país.
La respuesta por parte del equipo argentino no tardó en llegar. Franco Mastantuono, mediocampista de River Plate que ingresó en el segundo tiempo, se sumó a la discusión y le contestó a Igor, recordándole el contundente 6-0 que Argentina le había propinado a Brasil en la fase de grupos de este mismo torneo.
A pesar de los momentos de tensión, los empujones y algunos cruces subidos de tono, el conflicto no escaló más allá de lo verbal y no se registraron incidentes mayores. Aunque la Selección Argentina se quedó con la sensación de haber dejado escapar un triunfo que parecía asegurado, el partido terminó sin mayores consecuencias y con el foco puesto en la definición del torneo.
