Racing se consagró campeón de la Recopa Sudamericana tras una actuación impresionante en la que derrotó a Botafogo 2-0 en Río de Janeiro, repitiendo el mismo marcador obtenido en el partido de ida en el Cilindro. El equipo dirigido por Gustavo Costas dominó de principio a fin, sin darle opción al equipo local de soñar con una remontada. A pesar de que en el primer tiempo Racing no logró concretar la ventaja que había merecido, en el segundo tiempo comenzó a liquidar el partido rápidamente.
La Academia se mostró como el verdadero generador de fútbol, aprovechando los espacios entre la defensa y el mediocampo de Botafogo, con un Maxi Salas imparable por la banda izquierda. El arquero rival, John, fue clave en varias intervenciones, impidiendo que Salas anotara en varias ocasiones y deteniendo también remates de Nazareno Colombo. Más tarde, Luciano Vietto intentó de tiro libre, pero el arquero volvió a evitar el gol, y Salas erró por poco.
Aunque Racing tuvo algunas aproximaciones, se tomó un respiro antes del descanso, cuando se replegó y permitió un par de llegadas peligrosas de Botafogo: un potente cabezazo de Alexander Barboza que fue salvado por Gabriel Arias y el travesaño, y un tiro de Matheus Martins que pasó por encima del arco.
Ya en el segundo tiempo, el ingreso de Matías Zaracho por Luciano Vietto, quien estaba amonestado, comenzó a dar sus frutos rápidamente. A los cuatro minutos, un disparo de Gastón Martirena fue rechazado, pero Zaracho, desde la derecha, aprovechó el rebote y colocó el balón al segundo palo, marcando el primer gol del partido.
A los 23 minutos, Racing sentenció el encuentro con una jugada magistral de Martirena, quien asistió a Bruno Zuculini con un toque preciso por derecha. Zuculini, con un control de pecho impecable, disparó un potente remate al primer palo que se coló dentro del arco de John. Con este gol, cualquier intento de reacción por parte de Botafogo se desvaneció, y Racing inició su fiesta, que bien podría haber sido una goleada si no fuera por la actuación destacada del arquero rival, quien evitó más goles tras intervenciones ante Salas y los ingresados Santiago Solari y Facundo Mura.
El fervor de los hinchas cariocas no fue suficiente para apagar la euforia de Racing, que, tras el pitazo final, celebró un triunfo merecido y un título que ratificó su protagonismo en el fútbol sudamericano. Un equipo que dejó todo en la cancha y demostró su jerarquía ante uno de los grandes de Brasil.