Diego Moreno, conocido entre los miembros de River como «La Roca» debido a su imponente físico, es una figura clave dentro del club. Su función principal es proteger al plantel y al cuerpo técnico en todo momento, asegurándose de que todo transcurra sin incidentes. Ya sea que el equipo se encuentre en el estadio o de gira, él siempre está presente, dispuesto a intervenir, incluso en situaciones en las que los hinchas se acercan, para evitar cualquier tipo de conflicto o altercado.
Moreno, quien ha sido parte de River durante años y conoce cada detalle del funcionamiento del club, tiene la responsabilidad de velar por la seguridad y el bienestar de todos los integrantes de la delegación. Su rol no es solo preventivo, sino también de apoyo en momentos difíciles. En esta ocasión, durante un violento enfrentamiento en el partido contra Independiente Rivadavia, Moreno no dudó en meterse en medio del tumulto, tal como lo hizo en situaciones similares con Boca bajo la dirección de Almirón. Su objetivo fue siempre imponer su fuerza para separar a los jugadores y calmar los ánimos.
Sin embargo, en medio de la confusión y la tensión del momento, mientras Moreno trataba de controlar la situación, recibió un golpe en la mejilla de un miembro de Independiente Rivadavia. Este hombre, que usaba una pechera y pertenecía al cuerpo técnico del equipo rival, le lanzó un golpe directo. La reacción de Moreno fue inmediata: levantó las manos y, en un arranque de furia, devolvió los manotazos al aire, buscando responder a la agresión.
Este episodio, que involucra a «La Roca» en un papel protagónico no solo por su intervención en el conflicto, sino también por ser agredido y responder, se convirtió rápidamente en un tema de conversación. Los hinchas y los miembros del club siempre han comparado a Diego Moreno con el famoso actor Dwayne Johnson, dada su robusta figura, y en esta ocasión, su presencia en el centro de la pelea reafirmó ese apodo. Aunque Moreno es conocido por su rol como protector, este incidente mostró una faceta más humana de él, quien, a pesar de su fortaleza, no es ajeno a la violencia que a veces se desata en los partidos.