El Estadio Maracaná fue escenario de un partido vibrante y cargado de tensión, tanto dentro del campo de juego como en las tribunas. Lanús logró avanzar a las semifinales de la Copa Sudamericana tras empatar 1-1 con Fluminense en el mítico estadio brasileño, quedándose con la serie por un global de 2-1. El marcador se abrió rápidamente gracias a un gol de Agustín Canobbio, que igualó la serie después de que el Granate se hubiera adelantado en el partido de ida. No obstante, Dylan Aquino se destacó al convertir un golazo que equilibró el encuentro y, de esta manera, le aseguró la victoria a Lanús, que ahora espera conocer a su próximo rival: Alianza Lima o la Universidad de Chile.
El encuentro no estuvo exento de polémica fuera del terreno de juego, ya que los hinchas del conjunto argentino padecieron un episodio de represión policial brasileña. Se registraron agresiones físicas, uso de gases lacrimógenos, bastonazos y un clima de violencia que afectó seriamente a las tribunas. Esta situación provocó que el inicio del segundo tiempo se demorara 36 minutos, reflejando la gravedad de los incidentes.
Con este triunfo, Lanús jugará su segunda semifinal consecutiva de la Copa Sudamericana. La edición anterior, en 2024, el club había alcanzado la misma instancia, aunque fue eliminado por Cruzeiro, que posteriormente perdería la final frente a Racing. El Grana, campeón del certamen en 2013, reafirma así su protagonismo internacional y mantiene viva la ilusión de conseguir un nuevo título continental.
La policía brasileña arremetió contra los simpatizantes del Granante y provocó que se dilate el inicio del segundo tiempo del vuelta de los cuartos de final de la Copa Sudamericana
