Lionel Messi inició el año con todo, saltando al campo en su primer partido de 2025, un amistoso entre el Inter Miami y América de México que estuvo cargado de emociones, sobre todo fuera del aspecto deportivo. Aunque en la teoría se trataba de un encuentro amistoso, las tensiones entre Messi y los hinchas mexicanos no tardaron en aparecer, demostrando que la rivalidad sigue latente.
La relación entre Messi y los aficionados mexicanos quedó marcada desde el Mundial de Qatar 2022, cuando Argentina enfrentaba un momento crítico en la fase de grupos. En aquel partido, la Selección Argentina, dirigida por Lionel Scaloni, veía peligrar su clasificación a los octavos de final ante un México que parecía tener el control. Sin embargo, el rosarino fue el encargado de romper el empate con un gol decisivo que no solo aseguró el triunfo albiceleste, sino que también marcó el inicio de un recorrido que culminaría con Argentina levantando su tercera Copa del Mundo. Mientras el planeta celebraba el logro histórico, para muchos mexicanos ese episodio dejó una espina difícil de sacar.
En 2024, la historia sumó un nuevo capítulo cuando Messi visitó México con el Inter Miami para un partido de la Concachampions frente al Monterrey. En esa ocasión, el astro argentino fue recibido con abucheos, insultos y un ambiente hostil que evidenciaba que el recuerdo de Qatar seguía vivo. Esta rivalidad no hizo más que intensificarse, y el sábado en Las Vegas se vivió otro episodio en este enfrentamiento.
Durante el partido, Inter Miami enfrentaba un marcador adverso contra América de México, pero Messi, como tantas veces a lo largo de su carrera, apareció en el momento justo. En esta ocasión, el empate llegó gracias a un cabezazo del argentino tras un centro preciso de su compañero y amigo Luis Suárez. Fue el primer gol de Messi en 2025, y su celebración estuvo cargada de simbolismo y provocación.
El festejo comenzó con un abrazo a Suárez en agradecimiento por la asistencia, pero rápidamente se transformó en una respuesta directa a los cánticos, silbidos y abucheos provenientes de la tribuna mexicana. Messi se señaló el número 10 en la espalda, mirando hacia la zona donde estaban los hinchas rivales. Luego, con una sonrisa en el rostro, les hizo un gesto señalando su pecho y diciendo claramente: «Yo tengo tres, ¿y ustedes?», en alusión a los títulos mundiales obtenidos por la Selección Argentina.
Con esta actitud, Messi demostró que, aunque está próximo a cumplir 38 años, sigue siendo el competidor feroz que siempre ha sido, dispuesto a responder tanto dentro como fuera de la cancha. La escena reflejó la autenticidad del rosarino, que combina el hambre de gloria con una chispa de picardía y carácter que lo hacen único.
El partido, además, marcó el debut de Javier Mascherano como técnico del Inter Miami, añadiendo otro punto interesante al encuentro. A pesar de ser un amistoso, el enfrentamiento dejó claro que cuando Messi está en el campo, las emociones están garantizadas, y la historia entre él y los hinchas mexicanos parece estar lejos de llegar a su fin.