En una noche que quedará marcada como un hito en la historia del fútbol europeo, el París Saint-Germain logró una actuación brillante e inolvidable al imponerse con total autoridad sobre el Inter de Milán, con un contundente 5-0, en el Allianz Arena de Múnich. Esta victoria no solo les permitió alzarse por primera vez con el trofeo más prestigioso del continente, la UEFA Champions League, sino que también lo hicieron de una manera categórica, estableciendo una de las mayores goleadas registradas en una final de esta competencia.
Desde el primer minuto, el conjunto dirigido por Luis Enrique demostró su superioridad tanto en lo técnico como en lo táctico, controlando el ritmo del partido, dominando la posesión y anulando por completo las intenciones del equipo italiano. La contundencia del PSG se plasmó en el marcador con una serie de goles que reflejaron no solo la precisión ofensiva del equipo, sino también la cohesión y la ambición de una plantilla que venía persiguiendo este objetivo hace años.
Los tantos que sellaron esta histórica consagración fueron obra de Achraf Hakimi, Désiré Doué —quien deslumbró con un doblete—, Khvicha Kvaratskhelia y Senny Mayulu, todos ellos protagonistas de una jornada consagratoria. Cada gol fue el resultado de una combinación de presión alta, juego asociativo y efectividad en el último tercio del campo, factores que terminaron desdibujando por completo a un Inter que se vio superado en todos los aspectos del juego.
La consagración del PSG marca un antes y un después en la historia del club francés, que finalmente pudo concretar el sueño europeo que se le había escapado en múltiples ocasiones. Este título no solo representa la obtención de la primera Champions League para el conjunto parisino, sino que también lo posiciona de forma definitiva entre los grandes del fútbol europeo, validando el proyecto deportivo impulsado en la última década.
En definitiva, lo vivido en Múnich fue mucho más que una victoria: fue una exhibición de fútbol total, un mensaje al continente y al mundo del deporte, y el inicio de una nueva era para el PSG en la elite del fútbol internacional.