En un duelo disputado en el estadio La Nueva Olla, ubicado en Asunción, Paraguay, River Plate y Talleres de Córdoba protagonizaron una final reñida por la Supercopa Internacional. A lo largo de los 90 minutos reglamentarios, ninguno de los dos equipos logró romper el cero en el marcador, dejando todo abierto para una definición en el tiempo suplementario. Según el reglamento, el encuentro se extendería con dos tiempos extra de 15 minutos cada uno. En caso de persistir la igualdad, la copa se decidiría desde el punto de penal.
Durante el desarrollo del partido, Talleres mostró una estrategia basada en la búsqueda de oportunidades a través de disparos de media y larga distancia, intentando generar peligro en el área rival. La ocasión más clara para el conjunto cordobés llegó cerca del final del primer tiempo, cuando Federico Girotti ejecutó un certero cabezazo que, sin embargo, no alcanzó a convertirse en gol.
Por el lado del equipo dirigido por Martín Demichelis, River apostó a la movilidad de sus atacantes y al juego dinámico. Una de las llegadas más significativas ocurrió cuando el joven delantero Franco Mastantuono logró desmarcarse y preparar un potente remate que fue desviado por un defensor rival, evitando así una posible ventaja para el conjunto millonario. Sin embargo, la acción no terminó ahí: la pelota quedó en juego y, en una segunda oportunidad, Mastantuono impactó de volea, enviando el balón apenas por encima del travesaño.
En cuanto a los cambios tácticos, el técnico de River optó por realizar modificaciones en el mediocampo con el ingreso del tucumano Matías Kranevitter en reemplazo de Enzo Pérez, buscando un mayor equilibrio en la contención y recuperación del balón.
Con el empate sin goles manteniéndose hasta el final del tiempo reglamentario, ambos equipos se preparaban para afrontar el alargue con la esperanza de definir el título sin llegar a la tanda de penales.