Exequiel “Changuito” Zeballos vivió una jornada que quedará grabada en su memoria y en la de todos los hinchas de Boca Juniors. El joven santiagueño se convirtió en el protagonista indiscutido del Superclásico al abrir el marcador, asistir en el segundo gol y liderar a su equipo en el triunfo por 2 a 0 frente a River Plate, un resultado que aseguró al “Xeneize” su clasificación a la próxima Copa Libertadores. Con la emoción a flor de piel, Zeballos dejó unas palabras que reflejan no solo su alegría por el presente deportivo, sino también el largo camino de esfuerzo y fe que debió transitar para llegar hasta este punto.
“Estoy muy feliz por el equipo. Los planes de Dios son perfectos, solo hay que tener paciencia y seguir trabajando. Gracias a Dios tengo un grupo de trabajo fuera del club que me apoya mucho, son unas pocas personas, entre ocho y diez, a las que ahora les voy a escribir apenas llegue al vestuario”, expresó el delantero, todavía conmovido por la intensidad del momento vivido en el campo de juego.
En relación con la clasificación a la Libertadores, el “Changuito” manifestó su orgullo y gratitud: “Me llena de felicidad haber cumplido con este objetivo. Poder darle esta alegría a la gente junto con todos mis compañeros es una emoción enorme, algo que me toca el corazón profundamente”.
El atacante también dedicó unas palabras a quienes lo acompañaron en los momentos más difíciles de su carrera. “La confianza es clave. Quiero agradecerle al grupo, a mis compañeros y al cuerpo técnico por empujarme siempre hacia adelante, incluso cuando las cosas no salían como esperaba”, señaló con humildad y reconocimiento.
Además, contó detalles del desahogo que vivió al celebrar su gol: “Tenía ganas de meterme entre la gente, de festejar con ellos. Antes del partido hablé con Kevin Zenón y le dije que si hacía un gol, lo iba a festejar con el bailecito de Neymar. Y así fue”.
Pero el presente de gloria que hoy disfruta Zeballos contrasta con el duro recorrido que atravesó en los últimos años. A los 23 años, el joven nacido en La Banda, Santiago del Estero, logró brillar nuevamente en el estadio que lo vio crecer, tras un largo proceso marcado por lesiones y sacrificios. Su talento nunca estuvo en duda, pero su cuerpo le impuso pruebas que pusieron a prueba su fortaleza mental.
Desde sus primeros pasos en el Club Atlético Sarmiento de su ciudad natal, el fútbol fue su gran pasión. A los 11 años, un captador de Boca Juniors descubrió su potencial y lo llevó a las inferiores del club. En 2016 se instaló en la pensión de la institución y, apenas dos años después, firmó su primer contrato profesional. Su debut oficial con la Primera llegó el 29 de noviembre de 2020, y todo parecía indicar que el futuro le pertenecía. Sin embargo, su ascenso se vio interrumpido por una seguidilla de lesiones que pusieron en pausa sus sueños.
Entre 2022 y 2023, Zeballos padeció tres graves lesiones en tan solo catorce meses. Primero sufrió una sindesmosis tibioperonea distal con compromiso del ligamento deltoideo, producto de una durísima falta durante un encuentro de Copa Argentina. Poco tiempo después, llegó la rotura del menisco externo de su rodilla izquierda, y más tarde, el diagnóstico más temido: rotura de ligamentos cruzados y del menisco externo en la rodilla derecha.
Durante meses, debió aislarse del ritmo competitivo y enfocarse únicamente en su recuperación. En mayo de 2024, luego de una larga rehabilitación y con una disciplina inquebrantable, volvió a entrenar con intensidad, decidido a recuperar su nivel y a demostrar que aún tenía mucho por dar. Su actuación en el Superclásico, ante el eterno rival, fue la consagración de ese proceso de renacimiento.
Zeballos, campeón sudamericano Sub-15 y Sub-17 con la Selección Argentina y convocado por Lionel Scaloni en 2021, reafirmó que la fe y el trabajo siguen siendo pilares fundamentales en su vida. En una Bombonera rendida a sus pies, el “Changuito” volvió a escribir su historia con la pelota, el corazón y la convicción de que los sueños, con esfuerzo y paciencia, siempre encuentran su momento para cumplirse.
