El colapso de los mercados asiáticos durante la madrugada del lunes ha generado un efecto dominó que ha afectado negativamente a los activos argentinos. Desde antes de la apertura de los mercados, se percibía una tendencia bajista que llevó a la mayoría de los activos argentinos a registrar pérdidas este lunes, aunque las caídas iniciales se moderaron a medida que avanzaba la jornada.
En Wall Street, los ADRs de empresas argentinas caen hasta un 6%, con Edenor a la cabeza de las pérdidas. Sin embargo, con una ligera estabilización del mercado global, algunas pocas empresas lograron revertir la tendencia y operar en positivo, como es el caso del BBVA, que recuperó un leve 0,1%. Los bonos en dólares, por su parte, se desplomaron casi un 3%. Este inestable panorama también impactó en el riesgo país, que aumentó a más de 1.700 puntos, alejando a Argentina de una posible reintegración a los mercados financieros internacionales.
La bolsa de Buenos Aires abrió con una caída del 8% en términos de dólares, pero cerca del mediodía, esta tendencia se moderó, reduciendo la caída al 1,2%.
La consultora Outlier explicó la situación como una combinación de varios factores: la desaceleración económica en China, los temores de una recesión en Estados Unidos tras los datos de empleo del viernes, y el aumento de tasas en Japón, lo que encareció el fondeo tradicional del carry trade. Este conjunto de factores ha creado un entorno de aversión al riesgo, afectando a todos los activos de riesgo, incluidos los argentinos.
Más allá de la turbulencia de hoy, la pregunta es cómo estos eventos externos podrían afectar la economía real del país. «Los choques externos siempre han sido el talón de Aquiles de los planes antiinflacionarios con ancla cambiaria, especialmente con pocas reservas y una situación social tan deteriorada como la actual, con una pobreza en torno al 50% y una actividad económica apenas comenzando a recuperarse», añadieron en Outlier. «Si lo que estamos viendo a nivel externo se profundiza y sostiene, con mayores niveles de aversión al riesgo y menores precios de los commodities, entonces este primer choque externo negativo de envergadura habrá llegado al esquema actual».
El fortalecimiento del dólar a nivel global también pondrá más presión sobre la estrategia cambiaria del Gobierno. En Brasil, el dólar se apreció un 0,86% hacia el mediodía, y en el mercado local se observó una mayor demanda en el contado con liquidación y el dólar MEP, con subas del 1% y 0,8%, respectivamente. «La tensión vía monedas emergentes, especialmente el real brasileño, puede presionar sobre el tipo de cambio real de Argentina y podría llevar a presiones en los dólares alternativos», señaló el economista Juan Manuel Franco, del Grupo SBS.
Franco también destacó que será crucial observar si el gobierno decide intervenir en estos mercados y en qué medida, ya que en situaciones como la vivida en los últimos días, «suele mandar el flujo» y la posición de reservas netas de Argentina está en terreno negativo.