En el contexto de la actualización de políticas energéticas, el Gobierno nacional se encuentra próximo a oficializar una serie de modificaciones importantes en la estructura tarifaria del gas natural, que tendrán una incidencia directa en las boletas de los consumidores durante el invierno, una de las estaciones de mayor demanda energética. De acuerdo con fuentes del sector, se prevé que los ajustes en las tarifas generen un aumento en las facturas finales que oscilará entre un 2% y un 3% mensual. No obstante, este impacto podría atenuarse si se mantiene la actual tendencia de desaceleración inflacionaria.
La Secretaría de Energía será la encargada de emitir la resolución oficial en los próximos días. Dicha medida contemplará incrementos fundamentados tanto en los lineamientos de la Revisión Tarifaria Quinquenal (RTQ) como en la evolución de los precios internos. Aunque originalmente se había planteado que la actualización se realizaría de manera semestral, finalmente se optó por una frecuencia mensual, replicando así el esquema que ya rige para el servicio eléctrico.
Desde el inicio de la actual gestión de gobierno, los incrementos tarifarios venían siendo decididos de forma discrecional por el Ministerio de Economía. Esta modalidad quedará atrás con la implementación de un esquema de actualización más previsible y prolongado, que tendrá una vigencia de cinco años, una medida inédita en las últimas décadas.
Detalles del nuevo esquema de aumentos en el gas
Durante la temporada invernal, los usuarios comenzarán a notar ajustes en sus facturas producto de distintos factores. Uno de los principales es la reimplementación de la RTQ, un mecanismo que había estado suspendido durante años debido a congelamientos tarifarios y decisiones puntuales del Ejecutivo. Esta revisión estableció un incremento del 15% en el Valor Agregado de Distribución (VAD), la porción de la tarifa que reciben las empresas distribuidoras. Para los usuarios residenciales, este aumento se traduce en una suba promedio del 9% en las tarifas, que será aplicada de manera gradual en 30 cuotas mensuales consecutivas.
El primer tramo de este incremento ya se aplicó en mayo, representando un 3% sobre el VAD y apenas un 1% sobre el total de la factura. Para junio, aunque la oficialización todavía está pendiente, se estima un ajuste adicional del 2,8% en las boletas.
A su vez, se establecerá un nuevo mecanismo de indexación para evitar que las tarifas queden rezagadas frente a la inflación. En lugar del sistema semestral originalmente previsto, la fórmula de actualización se aplicará mensualmente. Esta fórmula se compone de una combinación equitativa entre dos indicadores: el Índice de Precios al Consumidor (IPC) y el Índice de Precios Internos al por Mayor (IPIM). Este modelo, que ya se utiliza para actualizar las tarifas eléctricas, debía haber comenzado en abril de 2024, pero fue postergado por el Ministerio de Economía como parte de una estrategia para contener la inflación. Finalmente, su implementación se concretará en junio.
Cabe recordar que el sistema de tarifas heredado proviene de la década del noventa, cuando la baja inflación permitía que los precios del gas se mantuvieran estables durante largos períodos. Sin embargo, en el contexto inflacionario actual, las empresas del sector exigieron que los ajustes se realicen con mayor frecuencia, dado que cerca del 75% de sus costos operativos corresponden a salarios y materiales. Según estimaciones del sector, mientras la inflación no repunte, los ajustes mensuales tenderán a mantenerse en niveles moderados.
En virtud del acuerdo alcanzado con el Gobierno durante la revisión tarifaria, las distribuidoras se comprometieron a llevar adelante inversiones específicas destinadas a sostener el nuevo régimen de actualización tarifaria.
Impacto en los usuarios residenciales
En relación con los montos que actualmente abonan los hogares, los datos presentados durante las audiencias públicas muestran que más de la mitad de los usuarios de gas (alrededor del 55%) pertenecen a la categoría R1, correspondiente a quienes consumen menos de 500 m³ al año. Para este grupo, el valor promedio mensual de la factura es de aproximadamente $8.700, según datos del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA). Esta cifra varía estacionalmente, siendo más alta en los meses fríos y más baja en verano.
Por su parte, los usuarios encuadrados en la categoría R2, que representan el 28% del total, tienen facturas promedio de unos $29.000 mensuales. Dentro de este segmento, los consumos pueden ir desde los $20.000 hasta los $35.000, dependiendo de la subcategoría (R2-1, R2-2, o R2-3).
El 17% restante de los usuarios se encuentra en la categoría R3, que agrupa a quienes tienen mayores consumos. Para ellos, las boletas de gas alcanzan un promedio mensual de $76.000.
Continuidad de la segmentación tarifaria
A pesar de las modificaciones en los cuadros tarifarios, se mantendrá vigente el esquema de segmentación según nivel de ingresos. Los usuarios siguen siendo clasificados en tres niveles: N1 (ingresos altos), N2 (ingresos bajos) y N3 (ingresos medios). Este sistema determina el grado de subsidio estatal que se les otorga.
En la actualidad, los grupos N2 y N3 reciben subsidios para un bloque de consumo anual de hasta 500 m³. Todo consumo que exceda ese volumen se factura al mismo precio que se aplica a los usuarios de mayores ingresos (N1), quienes no cuentan con subsidio alguno.