En un contexto de creciente incertidumbre sobre el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la presión sobre el mercado cambiario, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) continuó su estrategia de venta de divisas por cuarta jornada consecutiva. Durante la última semana, la entidad ha reducido sus reservas internacionales brutas en más de US$ 1.000 millones. Este miércoles, el BCRA vendió US$ 186 millones en el Mercado Único y Libre de Cambios (MULC), extendiendo a cuatro días su tendencia vendedora. Desde el viernes pasado, la entidad ha entregado un total de US$ 930 millones para hacer frente a la fuerte demanda de dólares, especialmente por parte de los importadores. En lo que va de este mes, el saldo negativo de ventas acumulado supera los US$ 300 millones.
Con un volumen de operaciones de solo US$ 448 millones, el más bajo desde mediados de marzo, el BCRA no pudo evitar la venta de divisas frente a una creciente presión por parte de los importadores, mientras que la intervención de los exportadores sigue siendo escasa. En paralelo, las reservas internacionales brutas del país se redujeron en US$ 161 millones, alcanzando un total de US$ 27.045 millones, lo que lleva a algunos analistas a prever que en los próximos días las reservas podrían caer por debajo de los US$ 27.000 millones, un umbral psicológico clave.
El panorama de drenaje de reservas es alarmante. En los últimos cuatro días hábiles, el BCRA ha perdido más de US$ 1.000 millones, lo que acelera la fuga de divisas. A pesar de que el Central había mostrado una tendencia positiva en la liquidación de dólares hasta mediados de marzo, la falta de claridad sobre el acuerdo con el FMI ha generado inquietudes en los mercados, lo que ha revertido esa tendencia favorable.
La volatilidad cambiaria ha aumentado significativamente, y los tipos de cambio financiero y libre se han disparado. Los contratos de dólar futuro también reflejan una actividad inusitada, evidenciando la cobertura ante la posibilidad de una devaluación. Esto refleja la incertidumbre que persiste entre los inversores respecto a la dirección futura de la política cambiaria del gobierno, especialmente tras las negociaciones con el FMI.
Analistas como Gabriel Caamaño, economista de la consultora Outlier, señalaron que el escenario actual podría continuar con la venta de dólares, ya que las tasas en dólares siguen siendo superiores a las tasas en pesos, lo que incentiva la demanda de divisas. A su vez, un informe de 1816 destacó que el nerviosismo del mercado proviene de las dudas sobre el acuerdo con el FMI y los posibles cambios en las políticas cambiaria y monetaria del país. Se resaltó que el gobierno ha estado controlando tanto el tipo de cambio oficial como el contado con liquidación mediante herramientas cuyo futuro está cada vez más en entredicho. En particular, el control del tipo de cambio oficial mediante el «crawl» (un ajuste mensual del 1% o 2%) ha generado distorsiones y, según los analistas, podría estar impulsando compras de divisas por parte de exportadores, importadores y bancos.
La perspectiva de los analistas es que el Banco Central continuará vendiendo dólares hasta que las tasas en pesos y en dólares se alineen nuevamente. Sin embargo, esta situación podría cambiar si el gobierno toma medidas claras o proporciona detalles sobre el futuro esquema cambiario en el marco del acuerdo con el FMI.