Luego de una reunión liderada por Karina Milei, secretaria General de la Presidencia, y Guillermo Francos, jefe de Gabinete, junto con gran parte del Gabinete, el Gobierno anunció su decisión de iniciar diálogos con compañías privadas de Latinoamérica para avanzar en la privatización de Aerolíneas Argentinas si continúan las medidas de fuerza del sindicato. El gremio actualmente lleva a cabo otro paro, afectando a miles de pasajeros.
El vocero del Gobierno, Manuel Adorni, comunicó que «dado los paros persistentes que han perjudicado a cerca de 40 mil pasajeros, el Gobierno ha comenzado negociaciones con varias empresas privadas latinoamericanas para que se hagan cargo de Aerolíneas Argentinas si las extorsiones no cesan».
En la reunión estuvieron presentes el ministro de Economía, Luis Caputo, el vicejefe de Gabinete del Interior, Lisandro Catalán, el presidente de Aerolíneas Argentinas, Fabián Lombardo, el asesor presidencial Santiago Caputo, y el mencionado vocero Adorni.
De manera paralela, la administración libertaria ha comenzado a avanzar en la desregulación del sector aéreo, mientras que la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, presentó una denuncia contra Pablo Biró, líder del gremio APLA (Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas), por «extorsión y amenazas». Ante esta situación, los sindicatos advirtieron en un comunicado que el Gobierno está buscando la «autodestrucción» de Aerolíneas Argentinas.
En horas de la mañana, el ex presidente Mauricio Macri también se pronunció sobre la situación de la aerolínea estatal, señalando la necesidad de implementar un «plan de desmantelamiento urgente».
En un comunicado extenso, Macri calificó la situación de la compañía como «una ruina sin salida» y criticó los convenios colectivos de los pilotos, mecánicos, despachantes y tripulantes de cabina, calificándolos de «privilegios insostenibles y vergonzosos». Finalizó su declaración pidiendo «por el bien de todos los argentinos» la implementación inmediata de un plan de desmantelamiento de Aerolíneas Argentinas.