El Gobierno, mediante el decreto 466/2024, ha decidido incrementar nuevamente el impuesto a los combustibles líquidos (ICL) y al dióxido de carbono (IDC) a partir de este sábado. Esta medida, implementada por el Ministerio de Economía bajo la firma de Luis Caputo y el exjefe de Gabinete Nicolás Posse, impactará directamente en los precios de las naftas y el gasoil. Se prevé que estos aumentos sean del 8% para las naftas y del 11% para el gasoil.
Anteriormente, se había postergado esta subida impositiva para mitigar la inflación de mayo, pero ahora se ha programado para el mes siguiente, posponiendo una parte de la actualización para julio. Según el decreto, se considera razonable diferir parcialmente los incrementos que deberían aplicarse desde el 1° de junio de 2024 para la nafta sin plomo, la nafta virgen y el gasoil, con el fin de estimular el crecimiento económico y mantener la sostenibilidad fiscal.
Desde la asunción de Javier Milei, los precios de los combustibles han experimentado un aumento del 110% en cinco incrementos escalonados de 38%, 27%, 6,5%, 7,5% y 4,6%. Este incremento se debe tanto a la devaluación del tipo de cambio, que afecta los costos dolarizados de la industria, como a la actualización del impuesto a los combustibles, congelado por el gobierno anterior desde 2020.
A partir del 1° de junio, si las empresas trasladan el aumento de impuestos a los precios, se espera que la nafta suba al menos un 8% y el gasoil un 11%. Las compañías de energía como YPF, Shell, Axion y Puma Energy también podrían trasladar la devaluación mensual del 2% aplicada por el Banco Central (BCRA). Actualmente, en Buenos Aires, el litro de nafta súper de YPF cuesta $837, mientras que la premium vale $1033. El gasoil súper cuesta $883 y el diésel premium $1123. Con los nuevos incrementos, se estima que la nafta súper subirá a $904 y la premium a $1116, mientras que el gasoil súper ascenderá a $980 y el premium a $1247.
Guillermo Lego, gerente general de la Confederación del Comercio de los Hidrocarburos de la República Argentina (Cecha), señaló que, según el decreto, los incrementos impositivos para las naftas serían del 8% y para el gasoil del 11%, una cifra inferior al 20% esperado inicialmente. No obstante, recomendó esperar los detalles oficiales de la AFIP.
Las refinerías compran el barril de petróleo a los productores locales a un precio de US$68, mientras que importarlo costaría US$75. YPF, la principal empresa del mercado, busca reducir la brecha entre el precio local y el de importación.
Desde diciembre pasado, las ventas de combustibles han caído un 17%, según Cecha, debido a la duplicación de precios tras la devaluación de diciembre. Con estos incrementos, los precios en Argentina se han igualado a los de los países vecinos, desincentivando a los extranjeros a cargar combustible en el país. Además, el consumo de nafta premium ha disminuido un 22,6%, superando la caída promedio general.
Históricamente, el 70% de los clientes compraba la variante económica (grado 2) y el 30% la premium (grado 3). Esta proporción ha cambiado a 80% para la súper y 20% para la premium con los recientes aumentos de precios. Aunque los precios se han duplicado en pesos en los últimos tres meses, en términos constantes, las naftas son un 7,5% más baratas que el promedio de la última década. Nicolás Arceo, director de Economía y Energía, indicó que, a pesar del aumento reciente, los precios de los combustibles están por debajo de su promedio histórico en términos reales.
La caída en las ventas también se debe a la disminución del poder adquisitivo. Entre 2010 y 2023, el salario medio permitía comprar 989 litros de combustible al mes. En diciembre, último dato disponible, solo se podían adquirir 735 litros con el salario medio. Aunque la recuperación de precios en términos reales no es tan significativa, el impacto en el poder adquisitivo de la población es considerable, explicó el exsubsecretario de Planificación Económica.
