Después de que el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) revelara la inflación de septiembre, que confirmó un aumento significativo de los precios y el valor mensual más alto desde la salida de la convertibilidad, el Banco Central (BCRA) decidió incrementar en 15 puntos porcentuales la tasa de interés de referencia para las inversiones fijas en pesos.
El BCRA había anunciado en su Informe de Política Monetaria que actuaría dentro de su objetivo de asegurar retornos reales positivos sobre las inversiones en moneda local, justificando así este aumento en las tasas. Dada la inflación anual del 138,3%, según datos recientes del Indec, la antigua tasa del 118% se volvía insuficiente.
El aumento de tasas implica esencialmente un mayor rendimiento nominal para aquellos que invierten en plazos fijos. No obstante, queda por verse si las ganancias serán suficientes para cubrir el costo de la inflación y proporcionar una mejora real en los ahorros. En este momento, es posible calcular el rendimiento que tendrán los inversores según el monto que depositen.
Por ejemplo, para un plazo fijo a 30 días, el Banco Central establece un interés del 133% nominal anual, lo que resulta en un rendimiento directo del 11,1% en 30 días. Este resultado, sin embargo, se sitúa por debajo de las tasas de inflación registradas en agosto (12,4%) y septiembre (12,7%).
En términos prácticos, los rendimientos de los plazos fijos podrían ofrecer cierto alivio al impacto de la inflación a mediano plazo, aunque de manera ajustada. Se presentan ejemplos considerando diferentes montos y plazos, demostrando que, al reinvertir capital e intereses mes a mes, se puede obtener un rendimiento nominal anual del 253%. Sin embargo, la efectividad de esta estrategia dependerá de cómo evolucione la inflación y del rendimiento de otras opciones de inversión, como el dólar en distintos mercados.