En cuestión de horas, se dará inicio a la pericia del teléfono móvil de Julio «Chocolate» Rigau, con el objetivo de obtener evidencia contra el referente del Partido Justicialista y otros involucrados en la supuesta trama de corrupción.
Según la fiscalía, Rigau es solamente una pieza de un mecanismo que opera en la Legislatura bonaerense, donde empleados «fantasma» perciben salarios elevados, que oscilan entre los 500.000 y 700.000 pesos al mes. La mitad de estos empleados ya han prestado testimonio, aunque en calidad de testigos. Muchos de ellos alegan trabajar en un almacén en la ciudad de La Plata, pero no realizan labores en la Cámara de Diputados.
En la pericia técnica que se llevará a cabo a las 8:30 en la sede de la UFI N°15 de La Plata, la fundación Poder Ciudadano nombró un perito de parte para estar presente durante el proceso. El objetivo es garantizar la integridad de la pericia y prevenir la pérdida de datos.
Sin embargo, hubo numerosos obstáculos previos que intentaron frenar la apertura del teléfono de «Chocolate». La pericia estaba programada para el miércoles de la semana pasada y estaba todo dispuesto, incluyendo la sala de análisis, las computadoras y el experto informático. No obstante, los abogados de la defensa presentaron un recurso de apelación ante el Juzgado de Garantías N°1 de La Plata y otro ante la UFI N°2, lo que llevó a la suspensión de la pericia.
El dispositivo se encuentra en poder del Poder Judicial desde el día de la detención, esperando ser sometido a análisis por el perito informático Alejandro Reyes.
Según fuentes de la alta judicatura, se sospecha que los lazos políticos y las influencias operaron inicialmente para evitar que el caso avanzara.
La fiscal Betina Lacki ha manifestado que su objetivo con el celular es examinar la agenda de contactos, conversaciones y llamadas de Rigau en busca de conexiones con la política provincial. La sospecha es que Rigau no actúa de forma aislada, sino que representa una parte visible de una trama de corrupción mucho más amplia, donde otros actores tienen un poder significativo.
«Chocolate» Rigau junto al concejal Facundo Albini (Foto: FB @PartidoJusticialista).
«Chocolate» Rigau, de 65 años y a punto de jubilarse como empleado de la Cámara de Diputados bonaerense, ha mantenido un perfil político y ha militado en diferentes partidos a lo largo de los años. Actualmente, trabaja en apoyo del concejal del Frente Renovador, Facundo Albini, quien compite en las elecciones en La Plata. Albini, ex director de Control y Gestión de Secretaría Administrativa en la Cámara de Diputados bonaerense, es parte de la lista del ministro de Justicia y candidato a intendente, Julio Alak. La Secretaría Administrativa es responsable de proponer el presupuesto de sueldos y gastos de la Cámara y de administrar el órgano legislativo, entre otras funciones.
Claudio Albini, el padre de Facundo, también ha tenido un largo historial laboral en la Legislatura y ha mantenido estrechas relaciones con Sergio Massa, actual candidato presidencial de Unión por la Patria. Uno de los testigos que compareció ante la fiscal Betina Lacki declaró que Facundo era su jefe en el almacén, y su testimonio será utilizado como prueba en la investigación.
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