Tensión en la Casa Rosada con los gobernadores por el Presupuesto; Milei adoptará una postura más firme

Este martes, una serie de reuniones en la Casa Rosada se centró en discutir los detalles del Presupuesto con el objetivo de considerar algunas de las demandas de los gobernadores. Sin embargo, el análisis de esas peticiones terminó por generar un rechazo categórico del Gobierno, que optó por no tratar el tema en comisión. A pesar de las conversaciones previas, el oficialismo adoptó una postura más firme, manteniendo la consigna «no hay plata» como el eje principal de sus respuestas. La reunión que estaba programada para el mediodía no solo se suspendió, sino que, con ello, las conversaciones volvieron a un punto muerto, sin nuevas fechas para continuar el debate.

Durante la mañana, varios funcionarios, incluidos el secretario de Hacienda, Carlos Guberman, y el presidente de la Comisión de Presupuesto, José Luis Espert, recorrieron los pasillos de la Casa Rosada para presentar los requerimientos de los gobernadores. Estos incluyeron ajustes en la coparticipación, en particular con respecto a los impuestos sobre combustibles, los Aportes del Tesoro Nacional, y las transferencias a las cajas previsionales provinciales. En ese contexto, los funcionarios también presentaron una serie de carpetas con las demandas regionales, pero el Gobierno consideró que eran «excesivas», lo que llevó a la suspensión de la reunión prevista en el Congreso.

En medio de estas tensiones, desde el entorno de Milei se señaló que, aunque existe una preocupación por las posibles repercusiones en los mercados debido a la falta de consenso sobre el Presupuesto, el Gobierno sigue priorizando el equilibrio fiscal y mantiene su postura firme. Los altos funcionarios cercanos al presidente indicaron que solo estarían dispuestos a realizar ajustes en el Presupuesto si los gobernadores aceptan suspender las obras públicas aún no iniciadas, unas 400 en total, que están pendientes de ejecución.

En cuanto a los aspectos adicionales del Presupuesto, el Ejecutivo introdujo la reforma electoral que no se había podido aprobar previamente, como parte de los ajustes económicos. Esta reforma, que eliminaría las PASO y reduciría los aportes extraordinarios a los partidos, se calcula que podría generar un ahorro significativo para el Estado. Sin embargo, aún no ha sido presentada al Congreso.

A pesar de la suspensión de la reunión clave para el Presupuesto, los libertarios se mantuvieron abiertos a continuar las negociaciones y no descartaron convocar sesiones extraordinarias. No obstante, reafirmaron que la estabilidad fiscal es innegociable. Los gobernadores, por su parte, aún deben evaluar si seguirán respaldando al Gobierno, aunque por ahora, han evitado críticas directas, conscientes de la creciente popularidad de la gestión de Milei. En este escenario, la postura del oficialismo sigue siendo intransigente, sin ceder ante las presiones de los mandatarios provinciales.